viernes
0 y 6
0 y 6
El mundo se está reabriendo. Lo vemos en los medios de comunicación que nos muestran cómo tantos lugares que permanecieron cerrados por casi un semestre hoy comienzan de nuevo a recibir gente. Lo vemos en las redes sociales donde aparecen selfies de reencuentros y del regreso de algunas reuniones presenciales, aunque pequeñas, con distanciamiento social y mascarilla. Lo vemos cuando nos asomamos a la ventana o la puerta de nuestra casa y miramos más autos pasar y más peatones paseando a su perro. Pero en medio de esta reapertura vemos un grupo de personas que protestan en Europa y Estados Unidos contra un objeto que vino en este raro 2020 para hacer parte de nuestra rutina: la mascarilla.
Claro que es incómodo usarla. Después de unos minutos uno siente que está respirando su propio aire. Cuando caminamos con ella puesta nos agitamos más rápido. Es incómodo estar saliendo de prisa y de pronto acordarnos ¡ay, la mascarilla! ¿dónde fue que la dejé? Y tener que devolvernos por ella. Es una prenda más de nuestro vestir. Pero hay que decirlo: muchas mascarillas han salvado a personas de contagiarse de Covid y quizás de morir por esta causa. También, en caso de que nos contagiemos habiéndola usado, la carga viral se reduce y por lo tanto los síntomas se presentan de manera leve, según un estudio de la Universidad de California y de la Universidad de Johns Hopkins.
Pero este grupo de manifestantes sale a decir que el Covid es un montaje, que el uso obligatorio de mascarilla les reduce su “libertad personal”. Me pregunto ¿en esa libertad personal cabe que seas una cadena más en la transmisión del virus? Entonces si es así, ¿un semáforo en rojo que te obliga a detenerte para que los otros carros pasen también menoscaba tu libertad personal? “Esto es una dictadura”, gritaron el pasado sábado en España los manifestantes a los agentes cuando intentaron desalojarlos, después de que había pasado la hora de protesta. Veamos la definición de dictadura según la Real Academia de la Lengua: “Régimen político que, por la fuerza o violencia concentra todo el poder de una persona en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”. ¿El poder en España está concentrado en una persona? ¿es una represión exigir a los ciudadanos en un tiempo de crisis humanitaria cuidarse y cuidar a los demás?
Si no nos importa nuestro bien, pensemos al menos en el bien la de los otros. Pongamos de nuestra parte para reducir el ritmo de contagios. La verdadera libertad es la que se encamina al bien y la justicia. No se puede ser libre a costa de poner en peligro la salud y la vida de los demás. Usemos la mascarilla (incómoda, maluca pero necesaria) y sigamos los protocolos requeridos para detener o minimizar la rápida propagación y el impacto de este virus que tantas vidas se ha llevado por delante.