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Columnistas | PUBLICADO EL 06 julio 2021

Manrique, Harvard y la búsqueda de propósito

Por Federico Hoyos SALAZARcontacto@federicohoyos.com

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de conversar con un grupo de personas jóvenes del barrio Manrique de Medellín. Fueron horas de diálogo sincero y desenfadado a pesar de la carga emocional del encuentro. Entre las intervenciones de los asistentes, las palabras de Sebastián tuvieron un impacto particular. Habló de su labor como obrero, también de sus deseos de ayudar a la comunidad, y del abandono de sus sueños. Quiso jugar fútbol profesional, pero sus circunstancias familiares y necesidad de trabajar, lo llevaron a desistir de este objetivo. “¿Sabe qué?” Me dijo, “Abandoné mis sueños, pero no quiero que mi hermanita lo haga, quiero que ella los cumpla y sea feliz”. Sebastián no alcanza los 25 años, y habla de haber renunciado a sus anhelos más íntimos.

Días después, me topé con el discurso de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ante los graduandos de la Universidad Harvard en 2017. “Además de encontrar un propósito personal, debemos ayudar a otros a encontrar el suyo para mantener a nuestra sociedad avanzando...”. Sus palabras me engancharon, recordé a los jóvenes de Manrique. Conozco tres maneras de crear propósito, continuó Zuckerberg: Primero, persiguiendo grandes proyectos de manera conjunta. Segundo, redefiniendo el concepto de igualdad. Y finalmente, creando comunidad a lo largo y ancho del mundo.

Este discurso me hizo pensar en los últimos grandes proyectos que hemos perseguido como sociedad y que han ilusionado a una generación. El movimiento de la Séptima Papeleta que derivó en la creación de la Constitución de 1991 y fue impulsado principalmente por universitarios ha sido uno de ellos.

El objetivo del Gobierno y empresarios de generar miles de nuevos empleos es loable y necesario, no obstante, conviene recordar como proponía el fundador de Facebook, que además de “generar progreso, se debe generar propósito”.

La posibilidad de donar tiempo, dinero o conocimiento, son maneras de aportar y buscar un sentido superior en nuestras acciones cotidianas. Además de los nuevos puestos de trabajo que se necesitan en el país, pensemos en cómo muchas personas como Sebastián y su hermana pueden encontrar o renovar sus ilusiones. Ideemos programas de voluntariado, espacios de conversación, acompañamiento y dirección a jóvenes respecto a sus decisiones laborales. Vayamos un paso más allá e incluyamos la idea del propósito en la conversación creativa. Busquemos la manera cómo Gobierno, empresas y organizaciones sociales pueden fomentar estos diálogos y así, quizás ayudar a detonar un proyecto nacional que unifique, ilusione y genere comunidad

Federico Hoyos Salazar

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