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Columnistas | PUBLICADO EL 07 diciembre 2021

los números de
la vergüenza

Por David E. Santos Gómezdavidsantos82@hotmail.com

Los balances que deja la pandemia son devastadores. Una mala noticia no ha sido aún digerida cuando aparece otra y luego otra más. Y aún así, en el torbellino de mil angustias, un dato ha resultado particularmente alarmante: los recién analizados números de América Latina en 2020 revelan que ninguna región en el mundo empeoró tanto como la nuestra en cuestión de seguridad alimentaria. El hambre creció en el subcontinente por sexto año consecutivo.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en un informe exhibido al mundo la semana que pasó, poco menos de 60 millones de latinoamericanos sufrieron por hambre el año pasado, lo que representa un aumento del 30 por ciento en comparación con el 2019. Para mayor zozobra, la FAO resaltó en rojo que entre 2014 y 2020, la cifra ha crecido un 79%. Un dato perturbador.

Al siempre presente Haití, en el listado se suma la realidad de Venezuela y Nicaragua, como territorios con “mayor prevalencia” de hambre. Los resultados, sin duda, son consecuencia de las derivas autoritarias y megalómanas de sus gobiernos.

La desaceleración de las economías en tiempos de Covid tuvo un efecto devastador en sociedades como las nuestras, desiguales y poco redistributivas. Según corroboró la entidad, el virus, los débiles sistemas de salud y el escaso soporte económico y social, sumado a las decisiones tomadas por los ejecutivos, llevaron a que hoy cuatro de cada diez latinoamericanos padezcan de inseguridad alimentaria.

Pero la pandemia ha sido la última puntilla en un ataúd construido por décadas de políticas públicas excluyentes y favorecedoras de los más ricos. No es casualidad que mientras el hambre afecta a cada vez más gente, los multimillonarios de la región se hayan llenado sus bolsillos como nunca antes durante los últimos meses.

La brecha aumenta y otro estudio, también de las Naciones Unidas, corrobora la realidad despreciable. Según un cálculo del Programa para el Desarrollo (PNUD) los multimillonarios en la región subieron en lo que va de la pandemia de 76 a 107. En el mismo lugar donde cada vez más gente no tiene ni para un pan, el número de ricos aumentó un 41 por ciento. Frente a esta realidad irrefutable, y el enorme sentimiento de vergüenza, no hay mucho más que decir

David E. Santos Gómez

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