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Columnistas | PUBLICADO EL 05 marzo 2023

Los asaltantes más honorables del mundo

Hoy los libaneses son cada vez más pobres, el Líbano está en bancarrota y los políticos y los banqueros han sacado del país ilegalmente más de 6 billones de dólares.

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Por Juan José Hoyos - redacción@elcolombiano.com.co

Ella se llama Sali Hafez, tiene 28 años, y es diseñadora. Él se llama Bassam al-Sheikh Hussein y es conductor de un camión de alimentos. Los dos son hoy los asaltantes de bancos más famosos del Líbano.

Ellos no robaron en los bancos. Solo reclamaron por la fuerza el dinero que tenían depositado en sus cuentas de ahorro: el producto de años de trabajo, en el caso de Sali, y de toda su vida manejando el camión, en el de Bassam.

La historia de Sali es conmovedora. Nancy, su hermana menor, tenía un cáncer cerebral. Para salvarla, debían tratarla en un hospital especializado. Sali fue muchas veces al Blom Bank a retirar su dinero, pero ellos se negaban. En septiembre pasado, su hermana le dijo que sentía que iba a morir y la dejó encargada de cuidar a su pequeña hija.

“Yo dije: creo que ya es suficiente” dice Sali. El recuerdo de Bassam al-Sheikh Hussein la inspiró. Un mes antes, él entró en una sucursal del Banco Federal del Líbano, armado de un rifle y un galón de gasolina, disparó tres tiros de advertencia y exigió que le devolvieran sus ahorros en efectivo, y en dólares. “Yo también soy capaz de hacerlo” pensó ella.

Y fue al banco, armada con una pistola automática. Esgrimiendo el arma, gritó: “¡Soy Sali Hafez! ¡Vengo a sacar mi dinero del banco porque mi hermana está muriendo de cáncer!”. El gerente trató de calmarla. “¿Recuerda esta cara? –dijo ella–. Yo vine aquí ayer a pedir que me entregaran mi dinero y usted dijo que no podía. Hoy vine por él”. Él ordenó que se lo dieran en efectivo. Le entregaron 13 mil dólares. Después se entregó a la policía. El juez la dejó ir. El asalto la convirtió en una heroína popular en un país donde cientos de miles de personas tienen sus ahorros atrapados en los bancos, y no pueden retirar mensualmente sino 200 dólares, para evitar la “fuga de capitales”.

La historia de Sali y de Bassam fue difundida en un documental de The New York Times. El periódico los llama los ladrones más honorables del mundo.

“Los políticos y los dueños de los bancos del Líbano son los verdaderos ladrones”, dice Sali. “Ellos causaron la crisis económica. Sacaron ilegalmente del país su dinero y el de los ahorradores”.

La historia de Bassam es parecida. En agosto, él entró en una sucursal del Banco Federal del Líbano, disparó tres tiros de advertencia y exigió que le entregaran sus ahorros en efectivo.

Su suegro estaba en el hospital, recién operado, y no lo dejaban salir porque no había pagado. Bassam estaba endeudado y llevaba 6 meses tratando de retirar dinero del banco. Tenía un depósito de 120 mil dólares. Afuera, la gente se amotinó. “¡Estamos aquí para apoyarte!” gritaban. La policía rodeó el banco. Después de 6 horas de negociación, el gerente aceptó entregarle 35 mil dólares. Él los recibió, entregó el arma a la policía y se fue para su casa, saludando a la multitud.

Hoy los libaneses son cada vez más pobres, el Líbano está en bancarrota y los políticos y los banqueros han sacado del país ilegalmente más de 6 billones de dólares. La moneda se ha devaluado un 90% en apenas dos años. La pobreza ha llevado a mucha gente a asaltar e incendiar bancos. Estos respondieron cerrando sus puertas en febrero. La semana pasada volvieron a abrirlas.

Esta semana, los protagonistas del último asalto fueron los policías de Tiro, en el sur del país, que atacaron una sucursal del Banco del Líbano exigiendo el pago de sus salarios.

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