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Las monjas clarisas de dos conventos en España se han declarado en rebeldía y han cogido fuera de base a los líderes de la Iglesia que sin esperarlo, se ven enfrentados al primer cisma de un grupo de religiosas en ese país. Pero lo que podría parecer un grito de independencia femenina es en realidad la promesa de sumisión a un personaje oscuro que pretende conducirlas al ultratradicionalismo católico más acérrimo.
La historia se dio a conocer por un manifiesto de 70 páginas que publicó la madre abadesa, Sor Isabel de la Trinidad, en el que declara que los conventos de Burgos y Bizcaya serán a partir de ahora “sedevacantistas”. Eso significa que creen que todos los Papas posteriores a Pío XII son unos “herejes usurpadores”, incluido Bergoglio, al que se refieren como “señor”. Critican el Concilio Vaticano II y la estructura de la iglesia católica, y aseguran sumisión a un falso obispo llamado Pablo de Rojas Sánchez-Franco.
Rojas es un religioso de 42 años excomulgado en el 2019 por la Iglesia romana y que se presenta como duque imperial, príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico y cinco veces Grande de España. Un personaje megalomaníaco con delirios de grandeza, que se rodea de lujos, pasea por Bilbao, la ciudad en la que vive, con ornamentos episcopales propios de otra época, y que ha salido en redes sociales con mayordomos y criadas a su servicio.
Y es que en medio de este embrollo parece que el dinero ocupa un papel destacado. Las clarisas denuncian que los prelados de la Iglesia no las dejaron vender un monasterio vacío para comprar la sede en la que viven y asegurar su tranquilidad. Rojas se presenta entonces como el salvador de la comunidad y las convence de sus teorías conspiranóicas que califican a la Iglesia católica como «satánica», promete protegerlas y ellas, vulnerables, se dejan convencer.
Siguiendo las instrucciones de su nuevo mentor, ya se abrieron cuenta en Instagram y debutaron presentándose junto a miembros de sus familias, y haciendo un buen manejo del suspenso prometen revelar secretos a cuentagotas. Pablo de Rojas, a pesar de ser un defensor de la estructura social medieval, ha sabido adaptar su discurso a las nuevas generaciones y tiene perfiles en Facebook, Instagram y Twitter, así como un canal de Youtube. En diciembre de 2020, por ejemplo, prohibió a sus seguidores vacunarse «bajo pena de pecado mortal».
Las monjas parecen muy decididas a alejarse de “los lobos con piel de oveja”, como dicen en su manifiesto, pero todo parece indicar que van a caer en un pozo de oscurantismo versión contemporánea. Porque claramente este no es un cisma como el que se dio entre las iglesias de Oriente y Occidente en el año 1054 y del que surgieron ortodoxos y protestantes. Pero sí es un salto al vacío por parte de las clarisas que las va a conducir a un pasado del que quien sabe si puedan regresar.
