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Los Macron ya no aguantaron más. Lo que comenzó como un simple rumor en 2017 tras el triunfo de Emmanuel Macron en las elecciones francesas, se ha convertido en una de las más grandes noticias falsas esparcidas por el mundo en términos virales. Y así nos ha sorprendido esta semana con la noticia de que el presidente de Francia y su esposa han decidido demandar a una influencer estadounidense que se ha convertido en la portavoz de la teoría que afirma que Brigitte Macron es, en realidad, un hombre.
Los famosos libelos que se popularizaron entre los siglos XVI y XVII son un juego de niños comparados con el alcance que las redes sociales le han dado a todo tipo de difamación que a cualquiera se le pueda ocurrir. Eso sí, el objetivo sigue siendo el mismo: denigrar a personas o instituciones, buscar intimidarlas y dañar su reputación y su honor. Pero si bien en el pasado este tipo de bulos se daban de manera anónima, ahora cualquier chiflado busca fama y dinero convirtiendo mentiras en falsas realidades que luego se creen millones de personas.
Tal es el caso de Candace Owens, una activista de ultraderecha y promotora de toda clase de conspiraciones, que lleva más de un año dedicada a difundir el bulo sobre Brigitte. Ha llegado a dedicarle 11 episodios de su podcast bajo la serie Becoming Brigitte (Convirtiéndose en Brigitte) e incluso publicó un libro con el mismo nombre. Sus programas acumulan millones de visitas y la mujer, con gran agilidad dialéctica y manejo de recursos retóricos, ha insistido varias veces en que apostaría “toda su carrera profesional” a esta absurda teoría.
Brigitte Macron declaró hace un tiempo que “su batalla” era combatir el acoso en las redes. Y lo ha cumplido. En Francia tiene demandas a dos mujeres que se encargaron de viralizar el rumor en 2021 de que ella había nacido bajo el nombre de Jean-Michel Trogneux, obviando el pequeño detalle que en realidad ese es el nombre de un hermano de Brigitte que aún vive.
Pero lo que llama la atención ahora es que a su nueva lucha trasatlántica se haya unido su esposo, el mismísimo presidente de Francia. Y que para defender su causa, sus abogados hayan afirmado que darán pruebas científicas que demuestran la falsedad de toda esta grotesca narrativa que, a juicio de los demandantes, lo único que busca es la humillación global.
La pregunta obligada es cómo hemos llegado hasta aquí y qué posibilidades reales existen de frenar en las Cortes este tipo de distorsiones y falsedades. Todo parece indicar que nos hundimos en un pozo sin fondo en el que habrá que defenderse de cuanto despropósito y locura se lance por las redes. Porque ignorarlos ya no es una opción.
Hay un cuadro de Goya que pertenece a su serie de pinturas negras y que se titula Saturno devorando a su hijo. La imagen es grotesca e impactante, pero refleja lo que somos, una sociedad que se devora a sí misma.
