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Elisa Girotto tenía 40 años y estaba esperando su primer bebé cuando le fue detectado un cáncer en etapa avanzada. Su hija Anna nació en agosto de 2016. La madre primeriza decidió comprar 18 regalos, con asesoría de algunas amigas suyas, para que su esposo Alessio le entregara a la niña en sus cumpleaños y también en las navidades hasta que llegase a la mayoría de edad. Además, le agregó algunas cartas para diferentes etapas de la vida. Esta mujer falleció en septiembre de 2017.
Lo que quizás nunca imaginó Elisa es que este bello gesto se convertiría en la inspiración de la película “18 regalos”, que lanzó recientemente Netflix y que en estos tiempos de encierro ha conmovido a tantos espectadores.
El guionista modificó varios sucesos de la historia original. Además, ha incluido elementos imaginativos (como el viaje que hace Anna a través del tiempo) y que le dan emoción a la película.
“18 regalos” me dejó varias lecciones sobre el valor de la vida, el amor de una madre y también el tener una mirada reconciliada y serena de la propia historia.
A pesar de que esta es una película sobre el drama de la muerte, “18 regalos” nos habla de una mujer que ama la vida, que lucha hasta el final por permanecer en esta tierra y que no sucumbe a la desesperanza a pesar del diagnóstico fatal que recibió en pleno embarazo. Elisa continuó haciendo su vida, trabajando y preparando su hogar para la llegada de su hija Anna. Además, se negó a la propuesta que le hizo el médico de abortar con el fin de hacerse un tratamiento que quizá hubiese podido prolongar un poco más su vida. Ella entendió que la vida de Anna también era valiosa.
Este largometraje nos enseña también sobre el amor de una madre. Elisa tuvo una conexión muy profunda con su bebé a pesar de que sabía que no podrían vivir juntas muchas experiencias que vive cualquier madre con su hija al verla crecer. Aún así, le expresaba su cariño y no solo en el presente, sino también viendo a futuro, cuando ella ya no estuviera, por medio de los regalos que le dejó como herencia.
Siempre parte el corazón ver a un niño huérfano y la pequeña Anna (que está próxima a cumplir 4 años) en la vida real, está enfrentando este gran vacío. La Anna que muestra la película es una chica rebelde y llena de tristeza por la ausencia de una madre. Pero varios encuentros que tiene con su propia historia la hacen ir sanando ese tremendo dolor.
Ver “18 regalos” en el contexto de este tiempo doloroso, en el que los contagios y muertes por covid aumentan cada día, da esperanza y nos hace recordar las miles de personas alrededor del mundo que están luchando por vivir, las historias de heroicidad y sacrificio (aquellas que registran los medios, pero también otras tantas que nadie conoce), que dejan grandes lecciones en tiempos como este. “18 regalos” es una inyección de amor, esperanza y valentía. Virtudes que tanto necesitamos para salir airosos de este momento turbulento que vive nuestra historia.