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Por Humberto Montero - hmontero@larazon.es
La Unión Europea acaba de confirmar que investigará el desembarco de un buen puñado de firmas de automóviles chinas a precios muy por debajo de los vehículos fabricados en Europa gracias a las fuertes subvenciones que el régimen chino ofrece a la electrificación. “Puedo anunciar que la Comisión está comenzando una investigación contra los subsidios sobre los vehículos eléctricos procedentes de China. Europa está abierta a la competencia, pero no puede ser una carrera hacia un pozo”, explicó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
El desembarco de las firmas chinas llega en un momento de gran competencia ante la escalada en las ventas de vehículos eléctricos prevista por la introducción de las restricciones a la circulación de los vehículos de combustión en 2024 y 2025 en casi todas las grandes ciudades de la UE.
En este sentido, la producción de vehículos en España creció un 15,3% en los primeros ocho meses del año respecto al mismo periodo de 2022 con 1,61 millones de unidades fabricadas, y aumentó sus exportaciones un 21,3% con más de un 91% de la fabricación total comercializada fuera de las fronteras españolas. Sin embargo, con tanta crisis de por medio, la producción del segundo fabricante de coches de Europa, tras Alemania, aún no ha recuperado las cifras de 2019. Y será complicado que lo haga con la llegada masiva de coches asiáticos, chinos en su mayoría. Y es que esta plaga comienza a pasar factura a la industria europea de la automoción, en general, y la española en particular. Si en 2022 las importaciones de coches desde China se multiplicaron por 20, convirtiendo al gigante asiático en el cuarto país con más ventas de coches en España, las cifras del presente ejercicio son aún más notables.
Así, la industria española de automoción -automóviles, motocicletas y componentes- contabilizó un superávit comercial de 270,7 millones de euros en julio, un 28,5% de retroceso si se compara con los 378,7 millones del mismo mes de 2022, según datos del Ministerio de Industria.
El fuerte retroceso en la balanza comercial del sector es consecuencia, principalmente, de la pronunciada subida de las importaciones, que se impulsaron un 44,5% en julio, hasta 4.090 millones de euros. Las exportaciones, por su parte, tuvieron un incremento del 36,3% en la comparativa con el mismo mes del año previo.
En 2022, España compró vehículos chinos por más de 1.399 millones de euros, según la patronal Anfac, con un meteórico crecimiento del 1.905%, frente a los 68 millones de euros en coches importados desde China.
El pasado agosto, el modelo ZS de la marca MG logró que por primera vez en la historia un coche chino fuera el más vendido. MG consiguió matricular en este periodo un total de 1.949 unidades de ZS, superando así a sus más directos rivales, el Dacia Sandero (1.812) y el Toyota Corolla (1.361).
Hablamos de vehículos ”pintones” que aparentan más de lo que son y sobre cuya “durabilidad” existen serias dudas.
Veremos si en tres años se les funden las baterías y se les cae el motor a pedazos. Y si su envejecimiento les permite pasar al mercado de segunda mano. De momento, inundan las calles rellenos de las ayudas de Pekín en otro claro ejemplo de la desleal competencia china.