Pico y Placa Medellín
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Por Juan José García Posada - juanjogarpos@gmail.com
Mientras seudoestadistas y políticos de baja categoría se enzarzan en peleas insustanciales que revelan su miopía intelectual y su capacidad infinita de hacerle daño a la sociedad, en el planeta de las grandes discusiones crece ahora la preocupación de intérpretes y estudiosos de la realidad y las perspectivas por la amenaza cada vez más inquietante de un plan siniestro de guerra internacional urdido por fuerzas tenebrosas que se escudan en la falacia de la construcción de un nuevo orden del que sólo aparecería la aniquilación de la humanidad en pleno invierno nuclear.
Es tan serio como grave el pronóstico en el que están coincidiendo profesores como el español Santiago Armesilla, quien pregunta si estamos al borde de una guerra por la hegemonía mundial. No creo que al decir “estamos” aluda sólo a un reducido grupo de tertulianos que botan corriente en una cafetería de la Universidad Complutense de Madrid, donde ha ejercido la docencia en filosofía política. Ese plural implica una exhortación a los intelectuales conscientes y consecuentes que prefieran hablarle y escribirle al ser humano, mucho más que a posibles conmilitantes embaucados por la seducción ideológica alienante.
Armesilla es politólogo, doctor en economía política y social, master en análisis político y en formación del profesorado y sostiene varios canales y frentes de opinión sobre todo en la internet. Yo diría que su presencia permanente en escenarios de pensamiento lo convierte en una especie de nuevo Savater, que desde puntos de vista diferentes ha tenido sus cuartos de hora en el gran debate público, si se quiere mediático, de las ideas, preguntas y propuestas sobre el presente y el futuro posible de Europa y sus alrededores, incluída, ojalá, esta esquina hispanoamericana cuya clase intelectual debería sentirse más llamada a despertar de su letargo y su complejo de inferioridad.
Este pensador madrileño de 43 años lanza con frecuencia casi diaria sus conceptos e impresiones sobre lo que sucede en la política internacional y los porqués motivadores de aguda reflexión. Suyas son posiciones e interpelaciones como estas: Apoya la transformación de España en república unicameral, centralizada, presidencialista, laica y socialista. Aboga por la destrucción del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), porque «rompe el territorio nacional». Dice que más socialista que el Psoe lo fue el franquismo. Sostiene que la leyenda negra contra España busca balcanizar la nación y dividirla. Simpatiza con los llamados comunistas hispanos conservadores en su defensa de la nación, la familia y el legado de la Iglesia católica (con la etiqueta de ateo católico). Y deja claro que está lejísimos de cualquier señal de mamertismo. Es un izquierdista pleno y sin pena, al tiempo que se caracteriza por una amigable actitud dialogante y tolerante. Se le parecen viejos amigos y compañeros con los que se puede hablar y discordar, ajenos a cualquier modo de sectarismo. Invito a leer sus escritos y conferencias y a tratar en serio el asunto apocalíptico de la guerra que estaría llegando...