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Pensemos en grande y conectémonos
No es fácil salir de las noticias diarias, de los Benedetti, del genial ministro de educación, de la explosión ya no tan controlada propuesta por Alejandro Gaviria, de las votaciones oscuras del Congreso.
29 de noviembre de 2024
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Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com
Estos últimos días tuve la oportunidad de visitar España e Inglaterra. Dentro de las muchas reflexiones que suelen aflorar de estas experiencias, quiero compartir con ustedes una. Sumas y restas, España tiene los mismos habitantes que Colombia y la mitad de nuestro territorio, unos 500,000 km². Inglaterra, por su parte, con cerca de 56 millones de habitantes, tiene más o menos la misma población que Colombia. Y tiene un 13% del territorio colombiano, bordeando los 130,000 km².
Podríamos quedarnos haciendo un análisis eterno de porque nuestra diferencia en desarrollo. Sendos diagnósticos inundan con ríos de tinta el porqué somos lo que somos. Me quedo con una hipótesis. Más allá de buenos o malos gobiernos, más allá de niveles o no de corrupción, más allá de los modelos educativos, y otro tanto de realidades, mi reflexión es que estos dos países y otros tantos, le han apostado con mucha disciplina y ejecución a tener una infraestructura de clase mundial, que los blinda inclusive de los malos o pésimos gobiernos.
Una infraestructura de clase mundial que los conecta por tierra, agua, aire y digitalmente. Los conecta entre ellos y con todos. Que refrenda que hay más Estado que territorio. Que refrenda la diferencia entre decir y hacer. Que refrenda que el tamaño del territorio no es una variable clave para el desarrollo. Incluso puede ser una variable adversa.
Madrid y Barcelona, están separadas por 625 kilómetros. Y están conectadas, entre otros medios, por un sistema de trenes que punta a punta se gasta dos horas y media por trayecto. Y cada vez reduciendo más el tiempo.
Londres está aproximadamente a 500 kilómetros de París. Ojo ciudades separadas por un océano. Pues con la infraestructura férrea, que pasa por debajo del mar, punta a punta, un tren se gasta 3 horas y media.
Y así miles de ejemplos. Carreteras de 8 y 10 carriles. Centenares de aeropuertos y puertos marítimos. Una red de servicios de datos, de internet y de conectividad de última generación. El transporte público en Madrid es un manual de mejores prácticas para copiar. Todo esto se ha logrado, con unas instituciones y unas capacidades público-privadas efectivas, independiente del gobierno de turno.
No es fácil salir de las noticias diarias, de los Benedetti, del genial ministro de educación, de la explosión ya no tan controlada propuesta por Alejandro Gaviria, de las votaciones oscuras del Congreso. No es fácil salir de esta lista extensa de noticias que son un insumo permanente para los humoristas. Un insumo que se convierte en una trampa mortal de inacción y pesimismo.
Deberíamos intentar ponernos de acuerdo en algo. En un macroproyecto nación, en dar un salto cualitativo y cuantitativo en una infraestructura de clase mundial que nos conecte. Diciendo esto, me entero de que acaban de declarar desierta la licitación del nuevo aeropuerto de San Andrés. Así es muy difícil. ¡Uff! Bueno respirar profundo y seguir soñando con un mega reto país. Tener más y mejor infraestructura para estar más y mejor conectados. Pensemos en grande y conectémonos. ¿Se puede?
