Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
El mapa político internacional está en un momento crucial. Antes de comenzar la invasión de Rusia a Ucrania, nadie se imaginaba todos los cambios que han sucedido y todos los que vendrán, desde aquel fatídico 24 de febrero de 2022, fecha en la cual Rusia apostó por una invasión militar a gran escala contra Ucrania, bajo la premisa que sería una guerra corta y victoriosa.
Posteriormente, Hamás, el 7 de octubre de 2023, atacó a Israel matando a unas 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes. La reacción de Israel, analizada desde diferentes ángulos y visiones, ha sido brutal y ha modificado todo el mapa del medio oriente.
En este estado de las cosas, el pasado 6 de noviembre Trump ganó las elecciones en los Estados Unidos, con todo lo que eso significa.
Y llegó diciembre con su alegría. El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, declaró la ley marcial y se generó un tsunami social y político. La joya asiática entró en un caos, ante la mirada expectante de Corea del Norte, Rusia, China y su aliado clave, los Estados Unidos. Faltaba la cereza del pastel. Siria. Cayó el régimen de Bashar al-Assad sostenido por frágiles alianzas internacionales lideradas por Irán, Rusia, Líbano, entre otros. Buenas noticias para Israel. Malas noticias para Irán y Rusia. Caos extremista total. Y Rusia, que dependía enormemente de este régimen, especialmente para desarrollar su juego en el Mediterráneo, tiene que replantear de la mano de Vladímir Putin este juego perverso de póker, que está inundado de ríos de sangre.
Bueno, ante todo este panorama, tengo una hipótesis y un pronóstico. Trump jugará muy, pero muy duro. Iniciará una negociación directa con Putin, con conocimiento de China y Europa, modelo post Segunda Guerra Mundial. Una especie de tratado de paz o acuerdo de posguerra como los firmados entre los países vencedores liderados por Estados Unidos, la antigua Unión Soviética, el Reino Unido, Francia y China.
Trump va a poner sobre la mesa que está dispuesto a aceptar que Rusia se quede con algunos de los territorios ucranianos invadidos bajo el supuesto que Ucrania se declare neutral ante la OTAN. Y también que está dispuesto a aceptar que China avance con sus planes sobre Taiwán. Las monedas de cambio serían tres: La primera que todos miren para otro lado, mientras Israel termina de hacer lo que está haciendo. La segunda que se termine la dictadura en Venezuela. Antes o después del 10 de enero del 2025, pero que se termine, para lo cual Maduro podrá vivir en el mismo apartamento con Bashar al-Assad. Y la tercera, que no desestabilicen a Corea del Sur.
Trump sabe que tiene que negociar con Rusia. Porque Estados Unidos y Rusia poseen casi el 90% de las armas nucleares del mundo. Putin ha declarado la muerte del nuevo orden mundial. Ese orden que nació, después de la Segunda Guerra Mundial. Bueno, Trump, dentro de su practicidad, acogerá tal declaración para evitar acercarse a una tercera guerra mundial y sobre todo para evitar un escalamiento nuclear. El nuevo desorden mundial llegó para quedarse.
