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Columnistas | PUBLICADO EL 24 noviembre 2020

Innovar en la Universidad

Por juan camilo quinterojuanquinterocti@gmail.com

Es común encontrarse con la creencia errónea de que el mundo de la innovación pertenece solo a las empresas. La innovación es un concepto muy amplio que toca empresas, instituciones sin ánimo de lucro, estilos de vida, universidades, etc. Todo puede ser sujeto de innovación.

El 2020 ha sido un año complejo, no solo para las empresas, sino también para las universidades, las matrículas cayeron, los ingresos se han visto amenazados. El 2021 será todo un reto gracias no solo a la crisis financiera en los hogares, sino a la manera en que esta pandemia nos ha hecho replantear las forma en la que interactuamos y laboramos. No cabe duda que la aceleración de la digitalización plantea todo un reto para varios sectores pero de manera especial para la educación en todos sus aspectos, enfoque, virtualidad, costos de matrículas.

El modelo universitario y su forma de enseñar no ha cambiado radicalmente en siglos. A decir verdad, este modelo imperante pareciera no tener espacios para hacerse de manera diferente, tal vez porque son muy pocas las universidades que cuentan con departamento de innovación, responsable de desarrollar estas estrategias. Esto porque quizá buscan que sean sus clientes quienes innoven, bien los estudiantes o las empresas, o de alguna manera porque el mismo mercado no ha sido lo suficientemente contundente para llevar a las universidades a ser más innovadoras.

La democratización del conocimiento y la forma como este se exponencia debe llevarnos a la reflexión de la enorme posibilidad de democratizar el acceso universitario a través de la digitalización y de nuevas estrategias de innovación. Es común ver lo difícil que es acceder a una universidad pública por el limitado número de cupos físicos que ofrece y en las privadas por sus costos.

En pleno auge de Cuarta Revolución Industrial, con un Centro que lidera estos temas en Medellín para Latinoamérica, con una institución como Ruta N y un grupo tan consolidado de universidades alrededor del llamado G11, debería pensarse en armar un piloto conjunto de Universidad Digital en alianza con la ya creada por la Gobernación de Antioquia.

Pensar en un centro educativo 100 % virtual, que brinde acceso a miles de personas de todas las edades, que recorra el camino explorando clases con Realidad Virtual, cursos a la medida, en los cuales el estudiante pueda escoger las materias que quiere ver, con un gran foco en programación, digitalización, robótica, energías alternativas, ciencia de datos, analítica, etc. Qué tal si esta iniciativa se vuelve un piloto nacional que se realice en alianza con el Ministerio de Educación, que al mismo tiempo abra su mentalidad y rompa un poco sus líneas ortodoxas de certificaciones y acreditaciones, busque nuevas maneras complementarias a las actuales y en un futuro se pueda llevar un nuevo modelo de Universidad a los rincones más alejados de Colombia.

Si tomamos un riesgo de este estilo, con seguridad romperíamos el ciclo de migración de los jóvenes en las subregiones a estudiar en Medellín, para luego buscar trabajo en la ciudad y de paso no volver a sus municipios de origen.

Tal vez, con rectores nuevos en la Universidad de Medellín y Eafit sea este el momento propicio para arriesgarnos un poco más y explorar nuevas formas en la educación.

Juan Camilo Quintero

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