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Columnistas | PUBLICADO EL 30 junio 2021

Huérfanas de patria

Por Ana Cristina Restrepo j.redaccion@elcolombiano.com.co

La desaparición de niñas y adolescentes se convirtió en paisaje en Colombia.

Corrijo: la desaparición de niñas y adolescentes vulnerables se convirtió en paisaje...

Alexandrith Sarmiento, 15 años, desapareció el 19 de marzo de 2021. Su caso fue denunciado como tema central del domingo en El Espectador: la desaparición de jovencitas en Bolívar. En julio de 2016, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta sobre tres localidades de Cartagena donde se han naturalizado el reclutamiento ilícito de menores y su explotación sexual. Las buscan en colegios y hasta en sus casas para ser llevadas a fiestas en fincas de narcotraficantes; la débil presencia estatal ha propiciado la existencia de prácticas aberrantes como el Tour de la violación y la predominancia de grupos armados (Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Rastrojos y Águilas Negras, entre otros).

Medellín y Antioquia también son foco de vergüenza nacional.

Según los registros de consulta pública del aplicativo HOPE (Hagamos obligatorio poder encontrarlos) del Sirdec (Sistema de Información Red Desaparecidos y Cadáveres), en lo corrido de 2021 se han reportado como desaparecidas catorce menores de 10 a 17 años: once en Medellín, y una en La Estrella, Itagüí y Bello, respectivamente.

En marzo de 2020 se reportó la desaparición de cinco adolescentes en Medellín, todas de 13 años: Mariana Parias, Carolina Sánchez, Katerin Luna, Yuleimi Alexandra Alcaraz y Mariana Andrea Toro.

Solo en el mes de junio de 2021 se registraron cinco casos en Medellín: Dulce María Díaz (15 años), Valentina Caro (17), Ana Sofía Blandón (13), Mailyn Dahianna Gómez (14) y Kelly Yojana Loaiza (10)... ¡diez años!

En el programa Colombia está al aire de Blu Radio, Diana Ramírez, funcionaria de Medicina Legal, comentó que 70 % de los registros de desapariciones suele corresponder a hombres; no obstante, si se trata de menores la proporción se invierte: son las niñas quienes más desaparecen. Toda Colombia padece este flagelo con distinto nivel de gravedad.

La concejal Dora Saldarriaga dice que con la iniciativa “Buscarlas hasta encontrarlas”, Estamos listas le ha hecho debate de control político a la ruta de atención de las desapariciones y ha acompañado a las familias de las víctimas. Su registro es mayor que el de HOPE: 23 casos de menores desaparecidas en 2021. “No hay una sola base de datos: la Secretaría de Inclusión tiene una información, la Fiscalía otra, la Policía, otra. No hay un solo ente, no hay articulación interinstitucional”, explica. Saldarriaga considera que uno de los problemas de HOPE es que no actualiza sus datos.

¿Por qué desaparecen? Son cuatro las hipótesis: 1) se trata de niñas de barrios periféricos y empobrecidos, con frecuencia inmigrantes, sus agresores asumen que nadie las va a buscar; 2) son menores que sacan de Antioquia o las dejan para explotación sexual en fincas de la región; 3) se han naturalizado los noviazgos de niñas con hombres muy adultos que las cooptan para poder acceder a otras niñas; 4) incesto.

Como en los casos de menores reclutados por guerrillas y otros grupos criminales, el primer victimario de estas jóvenes desaparecidas es el Estado colombiano.

Cuando hay participación de actores armados y las víctimas regresan a su hogar, ¿qué ocurre con los procesos de judicialización? ¿Dónde están los entornos protectores? ¡¿Qué función cumplen el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo?!

Ana Cristina Restrepo Jiménez

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