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Columnistas | PUBLICADO EL 20 febrero 2021

¿Hasta cuándo?

Por ALDO CIVICOaldo@aldocivico.com

La toma hostil de Medellín por parte de la administración de Daniel Quintero sigue a gran ritmo. En las últimas semanas hemos sido testigos del desmantelamiento de otra joya y símbolo de la transformación de la ciudad; el Jardín Botánico. Lo que está pasando es espantoso; un ejemplo más del criterio clientelar que inspira la práctica de esta administración. Usualmente la alcaldía contrataba a los jardineros para cuidar las zonas verdes de la ciudad con el Jardín Botánico. Este contrato permitía a la entidad subsistir sin cobrar por el ingreso a sus visitantes, muchos de estrato uno, dos, y tres. Era una buena práctica, además que inteligente. Pero, por instrucción del alcalde Quintero, de ahora en adelante se encargará de esta labor Metroparques que, como lo ha denunciado el concejal Daniel Duque, el año pasado cambió convenientemente su objeto social para poder hacer jardinería. Ahora bien, dado que Metroparques no sabe hacer jardinería tuvieron que subcontratar el servicio. Es como si una empresa de pintores cambiara de objeto social para ganar también contratos como meseros en restaurantes; y para cumplir con sus obligaciones tuvieran que subcontratar a un servicio de catering. Cualquiera que tenga un poco de sentido común evaluaría esta decisión como insensata.

Entonces, ¿cuál es el criterio del alcalde Quintero para destruir algo que funcionaba bien? Claramente no es el bien común de la ciudad, ni el cuidado de los recursos de los medellinenses. Por el contrario, el criterio (y ha sido el criterio fundamental de toda esta administración) es entregarles la ciudad a los clanes politiqueros amigos. De hecho, la organización subcontratada por Metroparques es la entidad Reforestadora el Líbano SAS cuya representante legal es Luz Elena Henao Rodríguez quien, junto con su familia, se ha convertido en una millonaria contratista del Estado gracias a las conexiones políticas con el Partido Liberal, del cual integra su directorio municipal. Como lo ha resaltado el concejal Duque en su Twitter, Henao es la esposa de Asdrúbal Vélez, dirigente liberal de Andes, y madre de Stiven Vélez, concejal liberal de Andes, gran aliado de Quintero. ¡Y voilà!

Mientras los amigos del alcalde se enriquecen (y sería interesante saber cómo la familia Vélez le va a restituir el favor a Quintero) se han producido despidos masivos de los jardineros expertos de la ciudad, dejando centenares de familias sin trabajo. Se calcula que solamente noventa de los cuatrocientos jardineros fueron contratados por El Líbano, a un salario reducido y sin prestaciones. Esta es la política nueva del alcalde Quintero. Lo dramático es que el Jardín Botánico no es la única víctima de la lógica clientelar de esta administración. Esta misma suerte la están viviendo otros grandes símbolos de Medellín como Buen Comienzo, Ruta N y EPM, entre otros. Me pregunto; ¿hasta cuándo concejales cómo Juan Felipe Betancur, Dora Cecilia Saldarriaga, y Luis Bernardo Vélez seguirán apoyando a esta administración?, ¿hasta cuándo personas decentes y reconocidas como los secretarios Carlos Cadena y Alejandro Matta seguirán sacrificándose por un alcalde impresentable?, ¿cuál es su límite ético que les haga decir, ¡ya no más!?

Aldo Civico

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