x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Resentimiento

hace 6 horas
bookmark
  • Resentimiento
  • Resentimiento

Por Fanny Wancier Karfinkiel - fannywancier7@gmail.com

El presidente Gustavo Petro fue elegido por once millones de personas que creían estar alineadas con una causa política justa. No obstante, tres años después tras victimizarse y confesar que “sufro gobernando este país”, no parece darse cuenta que la mayoría de los colombianos están desesperados con sus interminables discursos, la ausencia de logros y que, más encima, de un mandato que prometía ser fructífero se transformó en un “cambio” de retroceso al servicio de una retórica extravagante. A modo de hipótesis este escenario obedece en parte a un sentimiento con el que ha caminado durante largo tiempo: el resentimiento.

De acuerdo con el psicoanalista Luis Kancyper, el resentimiento o rencor es un amargo, arraigado y persistente recuerdo de un agravio producto de humillaciones, que acumulan su ajuste de cuentas con la esperanza de precipitarse en actos de venganza para finalmente alimentar la posición de la “víctima privilegiada”.

El resentimiento o rencor se sostiene en la memoria, retiene las experiencias y emociones dañinas, las repite sin cesar, perjudica el narcisismo debido a la herida al amor propio y se acompaña de agresividad vengativa, caldo que en el ámbito político alimenta el populismo y las extremas derecha e izquierda, especialmente cuando se aprovecha para movilizar grupos que considera agraviados o marginados. Por ejemplo, al apoyar o defender a Hamas, grupo terrorista islamista con quien se identifica y rodea de “justificaciones morales” para así acreditar sus acciones de violencia extrema.

Por estar incrustado largo tiempo en la humillación, el resentimiento ata al pasado y busca recuperar el “tiempo perdido” usando una ideología que, cual maleza inventada, pretende envenenar de odio e insatisfacción a la población. Se trata de aplicar justicia por los agravios sufridos, de un desquite verbal, de una venganza retórica que castiga los logros adquiridos, y de la incapacidad de renunciar al goce que vivió alguna vez (nostalgia). Todo esto con el fin de reparar un ciclo de dolor y enojo de larga data.

El resentimiento también puede presentar brotes de envidia reflejados en el malestar frente al éxito. Comparar la Casa de Nariño con una “mala imitación francesa” que no le gusta “ni cinco” (de pronto para no traicionar al “pueblo” a quien se debe), decir que el lugar está lleno de “fantasmas”, es frío, helado y feo”, y sentir la estadía como “la infelicidad absoluta” y un “sacrificio”, refuerza su rango de inocente castigador vengativo propenso a la pelea que coloca continuamente en el presente la percepción destructiva originada en maltratos del pasado.

Ahora bien, no todo resentimiento maquilla de sombras el mundo o se manifiesta con pasiones de venganza y desvalorización personal. Cultivado representa la lucha de exigir lo que queremos ser, transformado desarrolla la percepción crítica y profunda de la existencia, distinguir que “cuando las cosas se aman valen más que otras y carecen de valor cuando se odian” (Sheler), mientras que para Nietzsche el resentimiento “nace con la inversión de la mirada que establece valores” y, en sus formas culturales superiores, es arte y filosofía.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD