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Por Susana Katich Restrepo
Universidad Pontificia Bolivariana
Comunicación - Periodismo, semestre 1
susana.katich@upb.edu.co
El presidente Iván Duque en su campaña 2018-2022 expone una propuesta con respecto al ámbito cultural y su desarrollo. Se conoce como Economía naranja o “Economía creativa”, y la define como actividades que se basan en la generación de la riqueza a través del talento, la colectividad y la herencia cultural de las regiones.
Las personas se preguntarán por qué el naranja. Dicho color representa la cultura, creatividad e identidad. Una unión de conceptos que para Duque se convirtió en una obstinación para que artistas, músicos, diseñadores, etc., estén en boca de todo el mundo. Se quiere innovar en mercados, aumentar ingresos y, lo más importante, emprender en procesos locales en Colombia.
Duque omite una clave para el desarrollo cultural que él propone, y es la relación que comprenden la investigación en ciencia y los “cerebros fugados”. Colciencias, entidad encargada de promover las políticas públicas para fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación, con ayuda del Estado, tiene como objetivo duplicar el PIB. Pero el Estado encargado de suministrar un porcentaje del PIB a la investigación es insuficiente. Si no hay mayor inversión en investigación, no habrá desarrollo cultural. Las empresas locales deben exigir que aumenten el presupuesto para que sus proyectos, desde el ámbito creativo, puedan crecer con éxito.
Hay que tener presente que la “Economía naranja” no se puede basar solo en estrategias políticas para indicar un crecimiento sobre los demás países. Tanto empresas como independientes observan esta iniciativa como una exigencia para que el gobierno comercialice la cultura y entre a competir, en este sector, con otros países.
El presidente Duque antes de proponer una iniciativa para impulsar el trabajo de las empresas locales, debe tratar el tema de los “cerebros fugados”; jóvenes que realizaron estudios en el exterior y no regresaron, por falta de oportunidades en su país. Si se quieren fomentar las actividades productivas en los mercados locales, se debe pensar principalmente en los jóvenes. Tienen una capacidad ingeniosa a la hora de crear productos nuevos, en especial en tecnología y creatividad.
Pero la Economía naranja no se puede limitar a la producción o creación de servicios en una industria creativa. Las habilidades y el talento son aspectos que construyen la identidad de la persona y se convierten en la esencia de los individuos con diferentes características que los describen en una sociedad. El proyecto puede generar diversas oportunidades y ganancias en el sector cultural por la capacidad innovadora de los jóvenes colombianos a la hora de desenvolverse en este ámbito.
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