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Columnistas | PUBLICADO EL 04 diciembre 2022

Estados Unidos cambia su estrategia de seguridad

Los cambios en la Estrategia de seguridad Nacional estadounidense se reflejan en el resto de países e incluyen por supuesto al nuestro.

Por Alejo Vargas Velásquez - vargasvelasquezalejo@gmail.com

Los cambios en el escenario estratégico y en lo que se consideraba como ‘amenazas’ en diversos momentos son determinantes para entender las modificaciones en la Estrategia de Seguridad Nacional en un país considerado potencia global, caso de Estados Unidos, pero eso aplica para los demás países, incluyendo el nuestro.

Mucho trecho hay desde la Estrategia de Seguridad Nacional de 2002 y 2006 del presidente George W. Bush, post atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que caracteriza como amenazas las redes terroristas y los Estados colapsados o despóticos, y establece una respuesta fundamental: la ‘guerra preventiva’, que considera la lucha contra el terrorismo global - expresado en la red Al Qaeda - como prioridad fundamental. Luego vendrán algunos matices de cambio que se pueden percibir en la de 2006: se incluye como amenaza para la seguridad, o como riesgo, el populismo antimercado, e igualmente se considera que hay necesidad de mejorar los mecanismos de inteligencia para poder tomar decisiones mejor fundamentadas. Luego, en la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente Obama de 2010, el documento abandona el discurso de la ‘guerra contra el terrorismo’ porque como lo señaló el asesor presidencial sobre seguridad y contraterrorismo John Brennan, “nuestro enemigo no es el terrorismo porque el terrorismo es una táctica... Nuestro enemigo es Al Qaeda y sus afiliados terroristas”, y también el de la ‘guerra contra el narcotráfico’, porque en este campo también hay cambio en la administración Obama. Igualmente esta Estrategia se aparta de la tendencia unilateral del gobierno Bush, y en la Introducción el presidente Obama destaca la importancia de un accionar multilateral. Obama destaca una forma multidimensional de pensar la obtención de la seguridad: “nuestras fuerzas armadas siempre serán la piedra fundamental de nuestra seguridad, pero eso debe complementarse. Nuestra seguridad depende también de diplomáticos que puedan actuar en todo rincón del mundo, desde las grandes capitales a los lugares más peligrosos; de expertos en desarrollo que puedan fortalecer la gobernabilidad y apoyar la dignidad humana; y de la inteligencia y aplicación de la ley que puedan revelar los complots, reforzar los sistemas judiciales y trabajar sin obstáculos con otros países.” La Estrategia del presidente Donald Trump se centró en graduar a China como su principal rival y en la consiga aislacionista ‘América Primero’.

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2022 - conocida en octubre último - del presidente Joe Biden considera que en el actual contexto global los países se pueden ubicar en cuatro categorías: 1) un núcleo de «aliados democráticos en Europa y el Indo-Pacífico» que comparten plenamente los valores de EE.UU; 2) otras democracias que, aunque «no están de acuerdo con nosotros en todos los temas», «comparten gran parte de nuestra visión para el orden regional e internacional»; 3) autocracias que dan la bienvenida a un «orden internacional basado en reglas»; 4) autocracias «revisionistas» que buscan interrumpir ese orden

Establece dos grandes objetivos estratégicos: La competición geopolítica y las amenazas transnacionales. En lo que respecta al primero, China continúa siendo considerado el único competidor real, colocando a Rusia en un papel de potencia regional en Europa.

Señala la necesidad de trabajar en doble vía: con «aliados y socios de ideas afines», así como con «todos los países e instituciones», lo que incluye a los rivales geopolíticos, para abordar los cinco desafíos globales que expresan una amenaza existencial para la humanidad: cambio climático y seguridad energética; pandemias y biodefensa; inseguridad alimentaria; control de armamentos y no proliferación; y terrorismo.

El combate al terrorismo ha dejado de ser la prioridad fundamental para la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que muestra la gran transformación que se ha producido en el panorama estratégico.

Alejo Vargas Velásquez

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