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Columnistas | PUBLICADO EL 16 octubre 2022

El pupitrazo

El Congreso está decidido a hacer del pupitrazo un modelo de aprobación de sus proyectos, sin muchos análisis ni cuestionamientos de los corporados.

El pupitrazo
Por Bernardo Alejandro Guerra Hoyos - redaccion@elcolombiano.com.co
Infográfico

En nuestro folclórico Congreso Nacional, de tiempo atrás, ha hecho carrera el llamado “pupitrazo” que consiste en aprobar los proyectos de ley o de reforma constitucional sin mayor deliberación ni investigación acerca de su conveniencia y oportunidad.

En la reforma tributaria en ciernes, como ejemplo de esta viciosa práctica, el senador liberal antioqueño Juan Diego Echavarría Sánchez, cuyo jefe político es el ex senador Julián Bedoya, integró la comisión que rindió la ponencia exprés que se presentó a la plenaria. para darle la consabida palmada al pupitre a una reforma que es trascendental y que sin duda afectará el porvenir económico del pueblo colombiano.

Esta nueva reforma tributaria es una más de las muchas que el país ha padecido en los últimos 12 años y que han colocado en posición desventajosa a nuestra economía en el concierto internacional y que además han empobrecido aún más de lo que ya lo está el conglomerado social, desestimulando la inversión y disminuyendo la inversión extranjera.

Los inversionistas internacionales sobre todo temen traer sus capitales a un Estado que está cambiando cada dos años las reglas de juego del sistema tributario, con los riesgos que ello implica. Los empresarios nacionales no saben a qué atenerse respecto del sistema fiscal.

¿Podrá Colombia con más impuestos por 21 billones?

Es un proyecto que no se puede aprobar a la ligera.

El gobierno Petro, con 80 senadores que integran su bancada y con un congreso obsecuente, frente al cual la oposición es poco lo que puede hacer, fuera de dejar constancias y proponer debates, está decidido a hacer del pupitrazo un modelo de aprobación de sus proyectos, sin muchos análisis ni cuestionamientos de los corporados, ni tampoco escuchar las críticas fundadas en estudios serios de los gremios y de la sociedad civil, que sin ninguna vacilación son funestos para el país y nos dejarán en una situación que bordea un despeñadero en materia política, económica y social.

Siguen en el turno del pupitrazo la reforma política, la reforma electoral, la reforma pensional, la reforma judicial, la reforma agraria, la creación de ministerios como el de” la Igualdad” y otras iniciativas de un gobierno que pretende hacer de su discurso político en las plazas públicas y de sus disparatadas propuestas de campaña, un modelo de gobierno y de Estado que, aparte de sus sesgos ideológicos, muy similares al socialismo del siglo XXI tan desgraciado en Venezuela, nada tienen que ver con un manejo serio y responsable.

Ese pupitrazo congresional está condenando al país a padecer descalabros de gran magnitud, difíciles de reparar en una economía arruinada y en una situación de caos institucional, como la que ya se viene observando con las invasiones de tierras por parte de sujetos que se dicen autorizados por los planteamientos presidenciales.

Ojalá el Congreso esté a la altura de este momento histórico.

Post scriptum: Personería y Contraloría de Medellín nos costarán en 2023, 80.000 millones de pesos, 240.000 en el cuatrienio 2020-2023. Ambas de vista muy corta frente a la alcaldía de Quintero. ¿Cuáles son sus resultados frente a la avasallante corrupción local?

Bernardo A. Guerra Hoyos

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