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El poder

Este poder es gratis, no se necesita agenda o estrategia para adquirirlo y no se pierde a manos de nadie, excepto de uno mismo. Se puede regalar y multiplica.

07 de diciembre de 2023
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  • El poder

Por Juliana Velásquez Rodriguez. - JuntasSomosMasMed@gmail.com

Últimamente me he visto en algunos espacios donde una de las preguntas centrales ha sido: ¿Qué significa el poder para usted? En todos los escenarios he contestado lo que identifico hoy como mi poder: la libertad de poder decir y hacer lo que quiero. Debo reconocer que este ha sido un poder heredado de mis padres, quienes de manera casi obsesiva nos repetían la importancia de no perder nunca la libertad de voz y acción. Se lo digo a ellos y lo digo abiertamente: junto con la educación privilegiada y el amor cercano, este poder ha sido la herencia más valiosa de mi casa. Por supuesto el poder de decir lo que uno quiere no es un pase libre al irrespeto, a la impertinencia o a una criticadera constante y estéril. Es por el contrario, la percepción de un derecho a la opinión, un compromiso valiente pero respetuoso con el debate constructivo y sobre todo, la sensación maravillosa de pensar que mi voz importa.

El poder de hacer lo que quiero es revolucionario, sobre todo a mis 41 años, con 3 hijos y un problema de exceso de roles y funciones. Tampoco debe confundirse con irresponsabilidad, falta de disciplina, irreverencia o “vagancia”. Todo lo contrario, es la libertad de escoger un camino (o muchos), a veces improbable, a veces impopular, y tener el poder de decidir seguirlo. Ponerle un sello personal a un molde es un compromiso con la felicidad propia, es inspiración para las generaciones que vienen y es equivalente a relaciones personales y profesionales sanas y sobre todo, reales.

Hace un par de años, en una entrevista para pertenecer a una comunidad de liderazgo femenino, una mujer maravillosa me preguntó por primera vez en mi vida que por qué me consideraba poderosa. La pregunta me tomó por sorpresa, a lo que ella con una sonrisa me explicó que quien lidera debe saberse poderoso. Afirmación que no sólo comparto sino que aplico, pero el liderazgo será tema de otras columnas. Mi respuesta en su momento incluyó cierta timidez sobre mi capacidad de impacto y mucha contundencia sobre mi poder de expresión, mi compromiso irrevocable con una conversación clara y sincera y la capacidad de tomar decisiones con plena consciencia de libertad. Yo espero ser coherente con el ejercicio de este poder en todas las instancias de mi vida, en todas las mesas de discusión, en todas las opiniones emitidas y en la educación a mis hijos. Este poder es gratis, no se necesita agenda o estrategia para adquirirlo y no se pierde a manos de nadie, excepto de uno mismo. Se puede regalar y multiplicar, debería ser parte del paquete que como padres entregamos a nuestros hijos, como parejas a nuestros compañeros, como jefes a nuestros equipos, como amigos a nuestros amigos y especialmente a quienes piensen distinto.

Y es que las posiciones de poder son pasajeras, el poder económico es vulnerable, el poder de impacto tiene variables externas que aumentan o disminuyen la capacidad propia. Pero el poder de agencia es permanente, dependiente exclusivo de la percepción de valor de uno mismo y de la capacidad de ejercerlo con empatía, inteligencia, rigurosidad y valentía.

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