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Por Lina Mejía Correa
lina.mejia@corbeta.com.co
... De primero te encontrarás con las Sirenas que hechizan a los hombres, cualquiera que sea el que salga a su encuentro.
En las horas ociosas de la pandemia me encontré leyendo la Odisea. Con ella me he reencontrado con los dioses griegos y tal vez, con los años, los estoy viendo desde una óptica diferente a cuando los estudié de joven. Me han tocado, como decimos coloquialmente. Son dioses cargados de ideas, de creatividad, de buen humor, picardía, cólera, celos y poder; dioses que cuentan historias, dicen mentiras, son malvados, son divertidos, se camuflan, aman. En fin, son dioses con muchas facetas, no son perfectos, cambian de forma, de opinión, lo que los hace más humanos. Se acercan a las personas de diversas maneras, les dan ideas, son recursivos, mandan mensajes, envían mensajeros. Si estos dioses hubieran vivido en el siglo XXI se reinventarían en cada verso, sabrían de publicidad, habrían sido unos magos con las redes sociales.
En la Odisea hay mil historias, cuentos fantásticos, cuentos infantiles, cuentos de hazañas, cuentos de familia, cuentos de guerra, cuentos de astucia, cuentos de amor. Cuentos que hablan de criaturas increíbles, como leones furiosos, gigantes, dragones, panteras, monstruos de mil cabezas y sirenas; y cuentos de poderes para hacer brebajes, hechizos y varitas mágicas. Solo es leer este canto para aprender y reconocer la historia de Grecia; pero aún más importante la historia de la humanidad que hoy, casi tres mil años después, todavía es vigente. Muchísimos de los recursos literarios, personajes y temas que aparecen en este libro, han sido tratados desde siempre en la literatura universal.
Me hubiera encantado hacer parte de una religión con tantos y tan variados personajes; personajes a veces imperfectos, a veces dioses mortales, personajes que son flexibles, pacientes, invencibles, cercanos o lejanos. Según el caso, aconsejan, guían, se enfurecen, convierten a las personas en otro, castigan, cuentan historias, llevan a los humanos al más allá y de ahí, nuevamente, los dejan salir.
Todos estos dioses se presentan ante los hombres de diferentes maneras según la ocasión, el lugar y el propósito; e interactúan con ellos, se ponen en su lugar, juegan papeles o interpretan roles para poder llegar a los mortales con sus mensajes y sus ideas.
Diosa, no te podrá conocer el mortal que te encuentre, por muy sabio, ya que adoptas al fin la figura que quieres.
La Odisea es una historia muy rica en imágenes y acercamientos a los hombres y su trasegar por la vida. Una historia sobre cómo la vida humana está regida por las fuerzas del amor y del poder que los dioses manifiestan en ella. Este libro es un canto, una historia sobre el camino del ser humano; el camino que tiene que recorrer un mortal para llegar a casa, para encontrar su destino. Me gusta su aproximación a lo supremo de los dioses, me gusta el juego, me gusta el mensaje. Creo que supieron contar el cuento de la inmortalidad, de la mortalidad y de la espiritualidad, de una manera sublime en todos los términos. Geniales comunicadores.
El que los dioses sean imperfectos dentro de su ser perfecto de dioses, es un atributo que los acerca a los mortales.
Creo que en la imperfección está lo perfecto.
Posdata: hay un tema en el libro que me interesa y que se repite en muchos de sus apartes: la hospitalidad. Esta es, darle al otro la posibilidad de que cuente su propia historia, es un acto de comunión con el otro. Todo huésped es un ser a quien debemos acoger y ayudarle a llegar a casa. En Colombia, la hospitalidad y el ser buen anfitrión han sido valores que han hecho más fácil la vida a quienes han sido desplazados. La hospitalidad es un acto de fraternidad y convivencia que debemos promover y conservar.