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El gobierno sencillamente no quiere combatir el reclutamiento. Más allá de unas palabras en X por parte de Petro, no hay una estrategia para combatir ese flagelo, ni militar, ni social, ni culturalmente.
Por Diego Santos - @diegoasantos
¿Sabía usted que el reclutamiento de menores de edad por parte de los terroristas y narcotraficantes de Colombia que se hacen llamar guerrillas se ha disparado en un 1.000% en los últimos años? ¡Un 1.000%! Pasamos de 21 niños raptados en 2021 por los terroristas a más de 450 en 2024. Y no nos engañemos, esa cifra probablemente es muy superior, pues hay muchas familias que no denuncian.
¿Y el Gobierno? Bien, gracias. Esta problemática no le importa. Al gobierno los niños solo les interesan durante las campañas y en los discursos de pueblo, pero poco más. ¿Qué ha hecho Gustavo Petro para frenar esta infamia? ¿En cuál de los consejos de ministros televisados se ha referido a estos hechos criminales? ¿Dónde está el ICBF?
Como todo lo de Petro, su estrategia para hacerle frente al problema se quedó en un post de X en noviembre del año pasado. “El reclutamiento forzado de niños y niñas es un delito execrable. Muestra no sólo la debilidad del grupo violento al que nadie se junta por su propia voluntad -solo de manera forzada- sino que están dispuestos a usar a los niños como escudos humanos en los combates contra el Estado”. ¿Y resultados? Nada, el reclutamiento sigue.
Tan triste es la situación, que ha sido la prestigiosa revista Foreign Affairs, la que ha puesto el grito en el cielo pidiéndole a la Casa de Nariño que redoble sus esfuerzos para impedir que los grupos armados recluten a niños.
“Poco se ha hecho para prevenir el reclutamiento infantil en Colombia. Los programas de rehabilitación gubernamentales a menudo no logran abordar las complejas necesidades de los menores de edad rescatados, muchos de los cuales sufren traumas psicológicos y estigma social, y están expuestos a represalias”, indicó la periodista Elizabeth Dickinson en un extenso artículo que recogió el noticiero de Red+ Noticias.
Los jóvenes más vulnerables en Colombia han sido la gran víctima de un gobierno soberbio, inoperante y peligroso. Soberbio porque no escucha las problemáticas reales; inoperante porque habla de más y no hace nada; y peligroso porque tiene a Colombia al borde de un abismo y a merced de los terroristas.
El gobierno sencillamente no quiere combatir el reclutamiento. Más allá de unas palabras en X por parte de Petro, no hay una estrategia para combatir ese flagelo, ni militar, ni social, ni culturalmente. En materia de inteligencia, el gobierno ha sido incapaz de penetrar las redes sociales donde se están produciendo los reclutamientos. Tampoco utiliza la información que tiene la Defensoría sobre las rutas de reclutamiento. El norte del Cauca es uno de los lugares más afectados y por ahí ni se aparece el Estado ni en las sombras.
Por otra parte, triste, muy triste ver que la sociedad tampoco hace nada. Claro, no son nuestros hijos. La vida en Colombia importa muy poco, pero mucho menos la de menores de edad que son de la periferia. Ellos son cosas.