viernes
0 y 6
0 y 6
Este siglo ha sido fatal para Colombia en temas ambientales. Al colombiano promedio el tema poco le importa, o no lo tiene en la cabeza. Y al partido que ha gobernado este tiempo, tampoco: concibe el desarrollo a ultranza, sobre la destrucción de los recursos naturales, como se vio con el número de concesiones mineras otorgadas en la primera década y la casi exoneración de impuestos al oro que multinacionales extraen de nuestros territorios.
Un informe de Caracol Televisión mostró cómo cae la Amazonía. No es cuento nuevo, es un tema que se volvió paisaje. El gobierno de Santos prometió cero deforestación a 2020 y no cumplió; el de Duque lo hace a 2030 y no cumplirá. Es más, es un límite ante el que, como expresa el exministro Manuel Rodríguez, tal vez sea demasiado tarde.
No se alcanzará de todos modos porque no hay voluntad de los gobiernos ni presencia estatal en un territorio que es la mitad del país, por más fuerzas especiales, entre militares y Fiscalía, que se han convertido en otro canto a la bandera.
Tan poco interesa el medio ambiente al gobierno que nombró su director de Parques Nacionales, retirando a una directora que era ejemplo en el mundo, para cumplir el viejo sueño de quien ganó la presidencia en 2002: turismo en los parques a cargo de empresas privadas, amenazando la conservación. Para ello quitan el manejo a organizaciones comunitarias. Es la primacía de intereses económicos sobre la protección de la naturaleza.
(El uribismo no es el único culpable de lo que sucede ni quien inició la destrucción de nuestros recursos, pero la incentivó).
Desde que se firmó el Acuerdo de Paz se han talado 745 000 hectáreas (como todo el departamento de Caldas, según el informe), 489 000 en la Amazonía.
El reciente reporte del Ideam reveló que la tala crece (con ella, otros efectos en cascada). Detrás, una mafia poderosa con mucho dinero.
El Estado la motiva. Funcionarios y legisladores creen que la deforestación se debe a cultivos ilícitos. No es así. Es la ganadería, como se demostró hace más de un lustro. Guaviare, por ejemplo, tenía 280 000 vacas hace pocos años, hoy son 540 000.
El ICA las vacuna, legalizando la acción criminal de acabar con la Amazonía. Hay Estado para vacunar ganado, pero no para evitar la tala.
No hay interés. La acción se reduce a palabrería en foros internacionales, donde se saca pecho y luego no da vergüenza incumplirle al mundo.
Lo lamentaremos mucho tiempo.
Maullido: interesante lo que comenzó a decir Mancuso. Suda más de uno