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Álvaro Leyva dijo que le “complacía informar que tras 100 días de gestión” el 40% de los embajadores provenían de la carrera diplomática.
Se atribuye méritos que no son suyos. Este gobierno solo ha designado funcionarios de carrera para tres embajadas. Cuando llegó al poder, paró los nombramientos de diplomáticos de carrera que había hecho Duque en seis. Ante las protestas de los funcionarios de Cancillería, no tuvieron alternativa distinta a seguir con las designaciones. Duque ya había nombrado diplomáticos en catorce embajadas.
Funcionarios de carrera ocupan 25 de las 66 embajadas, el 37,8%. De esos, el 30,3% son de Duque, 3% vienen de Santos y solo el 4,5% de Petro. El que hizo un esfuerzo por fortalecer la participación de la carrera diplomática fue Duque.
Lo de Leyva no es solo tratar de sacar pecho con méritos ajenos. Trata de esconder las designaciones vergonzosas que han hecho con Petro. Tres embajadas son ocupadas por personajes imputados penalmente, las de Argentina (cinco delitos relacionados con corrupción), Nicaragua (imputado por narcotráfico) y Venezuela (lavado de activos). En EE.UU. nombró a un condenado por peculado.
En la ONU en Nueva York nombró una persona que no habla inglés. El inglés es el idioma universal en el que se hacen las reuniones en oficinas y pasillos, fundamental para el trabajo diplomático. No hablarlo hace casi imposible una tarea eficiente. Me dicen, pero me niego a creer que es cierto, que el embajador nombrado en la otra sede de la ONU, Ginebra, tampoco habla inglés.
La cosa es más grave. En las embajadas de Bolivia y México, nombraron personas que ni siquiera son universitarios. El bachiller de México solo hizo parte de la UTL de Bolívar.
Y en España e Italia se nombraron personas cuyo “mérito” es ser amigas de Verónica Alcocer. En Francia intentaron nombrar a una mujer que tiene por único destacable ser la esposa de un abogado condenado por soborno, muy cercano a Petro.
Los nombramientos de amigotes, sin méritos pero además sin capacidades, que no son bilingües y a veces solo bachilleres se extienden por decenas en todas las embajadas y consulados, como secretarios y funcionarios de todos los niveles, desplazando a funcionarios de carrera.
Como consecuencia, el personal de la carrera diplomática y los sindicatos de la Cancillería, con razón, han puesto el grito en el cielo. El trino mentiroso de Leyva intenta ser una respuesta a esas quejas.
“Le vamos a dar preferencia a la carrera diplomática, esto no es para regalarlo”, dijo Leyva. La diplomacia colombiana no será para “hijos de presidentes, amigos y amigas [...] incluso muchos incursos en corrupción”, sostuvo Petro. Puro bla, bla, bla, puras mentiras.