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Por Sofía Gil Sánchez - @sofiagilsanchez
Daniel Babá era un pobre joven que vivía con su esposa en un pequeño barrio llamado Tricentenario dentro de las montañas de Medellín. Allí trabajaba muy duro vendiendo mangos para alcanzar un buen futuro. Un día, Miguel, su hermano, le habló sobre una gran estafa: lanzarse a la política y convertirla en un negocio familiar. Ahora, Daniel Babá vive en una modesta casa de $3.000 millones en El Poblado donde se oculta de la voz de su consciencia que le recuerda que su mágico crecimiento económico fue resultado del uso de los recursos públicos.
La historia de los hermanos ladrones no es de “érase una vez”. Esta inicia en el año 2005 con la creación de Intrasoft, una empresa de servicios de software reconocida por sus cuestionamientos a raíz del uso ilegal de bases de datos y violación de la privacidad. Según un informe de La Silla Vacía, en el año 2014 múltiples líderes liberales recibieron mensajes de texto pidiendo apoyo en la campaña del entonces candidato a la Cámara de Representantes por el Partido Tomate, Daniel Quintero Calle. Para nuestro personaje principal las prácticas irregulares se quedan en familia, por eso Miguel Quintero era el Gerente de Intrasoft y no sorprende que, en el año 2012, mientras Miguel era concejal de Medellín, utilizara recursos públicos de la contratación de su unidad de apoyo para pagarle a empleados de Intrasoft.
El Concejo de Medellín fue de gran provecho para catapultar a sus personas de confianza. En el año 2012 le realizó una invitación a Juan David Palacios para postularse como Secretario General y fue electo para ejercer el cargo durante el año siguiente, experiencia que seguro resaltó en su hoja de vida para que Daniel Quintero lo nombrara director del Área Metropolitana. El exsecretario de Gobierno de Medellín y ahora candidato por Independientes para la Gobernación de Antioquia, Esteban Restrepo, también trabajó en la unidad de apoyo de Miguel Quintero.
Miguel no pudo continuar con su plan de aumentar su lista de futuros contactos poderosos y garantizar el pago de nómina de los funcionarios de Intrasoft debido a que el Partido Verde no avaló su candidatura para la reelección. En cambio, se dedicó a promocionar a Gabriel Jaime Rico a la alcaldía y Luis Pérez a la gobernación. Una jugada, como todas las suyas, estratégica, que lo llevó a ser Director de Monitoreo, Evaluación y Banco de Proyectos durante la gobernación Pérez.
Su biografía de Twitter es “financiado por y para la gente”, una afirmación que deja más preguntas que respuestas ¿cómo el hermano humilde del barrio Tricentenario con solo tres cargos en su hoja de vida tiene dos carros de media gama, dos fincas y un apartamento? Según EL COLOMBIANO los bienes de Miguel Quintero superan los $5.000 millones, ¿sus ganancias en Intrasoft, el Concejo de Medellín y la Gobernación de Antioquia eran suficientes para adquirirlos?
Los dones de esta familia trascienden la creación de empresas y el aumento de su patrimonio por medio de la política, entre el legado de consanguinidad se encuentra el radar para ofertas inmobiliarias. Al igual que su cuñada, Diana Osorio, que compró un lote de 8.000 metros en Llanogrande por $31 millones, Miguel Quintero adquirió una parcelación de 2.503 metros cuadrados entre Girardota y Copacabana por $100 millones y un apartamento de 82 metros cuadrados en Castropol por $91 millones. Como Ali Babá, los hermanos ladrones saben engañar y dejan como moraleja que el secreto para el éxito y la prosperidad es pertenecer a la familia Quintero Calle.