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Columnistas | PUBLICADO EL 11 agosto 2022

Curiosidades

Esperamos que este gobierno se haya dado cuenta de que sus opositores no emplean la violencia para hacerse sentir, que con la oposición pacífica se hace patria.

Por Juan Gómez Martínez - redaccion@elcolombiano.com.co

Es por lo menos curioso que en cuatro años las cosas cambien tanto. Que las protestas sean diferentes, que los mismos hechos se miren de distinta manera, que unas cosas fueran intolerables y a los cuatro años sean benéficas. Es raro, pero así es Colombia.

Hace cuatro años, cuando Iván Duque ganó la presidencia, hubo amenazas, anuncios de que se saldría a las calles y se le haría el gobierno imposible, que las protestas serían contra cada acto de gobierno. Así fue. Se anunció una reforma tributaria y, antes de conocer el articulado de la ley que se propondría al Congreso, se organizaron manifestaciones, se quemaron CAI, se hirió a policías, se paró el transporte, se bloquearon las calles en varias ciudades, se atacaron edificios del gobierno.

Ahora, se anunció una reforma tributaria y no pasó nada, los antes violentos la aceptaron, se presentó al Congreso y nadie protestó. Esa actitud variable, me pone a pensar en quiénes son los violentos, quiénes arman las manifestaciones contra los actos del gobierno.

La diferencia es que ahora estamos en manos de aquellos que protestaban, de los revoltosos, de quienes atentaban contra la vida de los policías y, por supuesto, no atentan contra el gobierno que los representa.

A propósito de policías. Tenemos que protestar por los permanentes atentados contra los miembros de esta admirable institución. El descontento de los enemigos de la autoridad se muestra y las marchas se hacen contra la Policía y el Ejército cuando ambas instituciones proceden a destruir unos campamentos donde se alojan los narcotraficantes y guerrilleros que secuestran niños para ponerlos como escudos. Esas protestas no se hacen contra los responsables del secuestro de niños para usarlos como protección; se hacen contra los que arriesgan hasta su propia vida para defendernos de los violentos.

Los organismos de seguridad, las instituciones del Estado que nos defienden de los violentos, merecen todo nuestro reconocimiento y nuestro apoyo. Policía, Ejército, Aviación y Marina son instituciones creadas para defender la Constitución, las leyes y a nosotros los colombianos. No podemos permitir que los violentos las ataquen y las ofendan. Los colombianos de bien, que gozamos de su protección, debemos apoyarlas y defenderlas de quienes las atacan.

Esperamos que en este gobierno la fuerza pública se fortalezca, se respete, se reconozca como una de las instituciones más importantes y respetables de la democracia, como sucede en los países verdaderamente organizados y democráticos.

Para el bien de los colombianos, esperamos que este gobierno sea exitoso y que conduzca a Colombia por el buen camino, que las promesas de cambios positivos se cumplan, que los premios con la mermelada se acaben, que haya una paz verdadera sin gabelas para los asesinos, secuestradores, violentos y apátridas.

Esperamos que este gobierno se haya dado cuenta de que sus opositores no emplean la violencia para hacerse sentir, que con la oposición pacífica se hace patria y no con una reacción violenta como acostumbraba el nuevo primer mandatario. Que hay que hacer la paz con justicia y no con premios a los violentos 

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