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Columnistas | PUBLICADO EL 11 abril 2020

Coraje

Por ALDO CIVICOaldo@aldocivico.com

Vi un reportaje en la televisión italiana que me conmovió. Se trataba de la historia del primer contingente de enfermeros voluntarios, quienes abordaban un avión del ejército en Sicilia para desplazarse hacia las principales ciudades del Norte de Italia, para ayudar a sus colegas que durante más de un mes habían estado luchando contra el coronavirus. Se trata de hombres y mujeres que han dejado la comodidad de sus casas y el calor de sus familias para ir a servir. “Cuando escuché el llamado del gobierno a ser voluntarios”, contó una enfermera, “no lo pensé ni treinta segundos antes de ofrecerme”. “Es una manera de devolverle al norte la educación que me ha brindado”, dijo otro enfermero. Finalmente, fueron casi 700 los profesionales de la salud quienes desde lo profundo del sur de Italia viajaron al norte, al frente de la guerra contra el covid-19, es allá donde el virus ha sembrado con más furia la muerte.

Coraje extremo también demostró un médico de la sala de emergencia de un hospital en Nueva Jersey, Frank Gabrin, quien no dejó de trabajar, a pesar de no disponer de todas las medidas de seguridad, para curar a los infectados de coronavirus. Aproximadamente una semana después de contraer el virus, Gabrin murió en los brazos de su esposo. En Estados Unidos, así como en Europa, son decenas y decenas, los médico y enfermeros que han muerto después de ser contagiados por el virus covid-19. Mueren como han vivido; dedicados a servir con extrema generosidad y coraje. Justamente los estamos viendo como a los héroes de estos tiempos, incluso el papa, durante la misa del Jueves Santo, los llamó: “los santos de la puerta de al lado”. Dijo la poetisa y activista de los derechos civiles, Maya Angelou, “El coraje es la más importante de todas las virtudes porque sin coraje, no se puede practicar ninguna otra virtud de manera consistente”. ¿Y qué tal si repensamos nuestra sociedad alrededor del coraje?

De hecho, durante estas semanas estamos aprendiendo algo extraordinario sobre la naturaleza humana; la capacidad que tenemos de acudir a recursos latentes en nuestro interior para determinar nuestros comportamientos y guiar nuestras acciones. Como observa Matthieu Ricard en su obra Altruismo, la contemplación altruista del sufrimiento de los demás aumenta enormemente nuestro coraje, nuestra disposición y nuestra determinación de remediar estos tormentos. El altruismo del cual muchas veces somos testigos hoy es la manifestación de un coraje cívico. Hay también coraje y altruismo en quienes nos quedamos en la casa, o en quienes tienen que detener una actividad económica, pero mantienen al mismo tiempo el empleo de sus trabajadores. Hay coraje en quienes gobiernan y están tomando medidas radicales y difíciles, en quienes trabajan sin parar para encontrar soluciones médicas, sociales y económicas al nuevo orden mundial impuesto por el coronavirus. Cómo decía Confucio: “percibir lo que es correcto y no hacerlo, demuestra falta de coraje. En otras palabras el coraje es hacer lo correcto”. De hecho la etimología de la palabra coraje es “corazón en acción”, que es lo que hoy el planeta y la humanidad reclaman y necesitan.

Aldo Civico

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