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Hoy en día ya no es extraño que un pariente o un amigo nos haga saber que va a tener un hijo con alguien que no está casado. Si bien es emocionante enterarnos que serán padres, no lo será para la criatura que está por nacer en circunstancias tan desventajosas para su vida afectiva.
Son muchas y muy dolorosas las historias de los niños que crecen sin nunca haber tenido una familia constituida por un papá y una mamá que se comprometieron a amarse para siempre. Lo grave es que esta circunstancia no sólo es cada vez más usual, sino que se ha convertido en algo “normal”.
Sin embargo, es un hecho que los hijos de padres solteros que se crían sin la presencia cotidiana de su papá y su mamá tienen grandes desventajas. Lo cierto es que, son muy pocos los niños que se crían en tales circunstancias y se sienten felices, tranquilos y estables.
Ser hijos de padres solteros es una inmensa desventaja para ellos. No hay duda que la gran mayoría de niños hijos de un padre y una madre que nunca juraron amarse para siempre, tienen más desafíos que enfrentar. Aun cuando los hijos “se sientan a gusto” con esta situación, como aseguran muchos, para los niños es doloroso no poder ser parte de un hogar encabezado por un papá y una mamá que han jurado amarse para siempre y son socios en la empresa más importante de su vida, como lo es construir un hogar en el que los hijos crezcan rodeados y alimentados por el amor de sus padres.
Lo cierto del caso es que dos están mejor equipados que uno solo para generar los ingresos que se necesitan para tener una casa, comida en la mesa, ayuda en las tareas del hogar, así como para colaborar con el cuidado y la formación de sus hijos.