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Les propongo un ejercicio, cierren sus ojos, y recuerden su época de colegio o Universidad, recuerden el tipo de tareas que les ponían. Ahora abran sus ojos, y abran ChatGPT, e intenten asignarle esa tarea. Si no lo han hecho antes, se quedarán sorprendido de su inteligencia y la capacidad para entregar información veraz.
El auge de la Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando la forma como interactuamos con el mundo y por lo tanto la forma como aprendemos y enseñamos. La educación tal cual la conocíamos, en unos años no existirá. Ese salón de clase donde el profesor se para en frente y entrega un contenido, y los estudiantes atentos toman nota, será una cuestión del pasado. Estamos viviendo una era de profundos cambios en educación, y la inteligencia artificial llega a acelerar ese gran movimiento transformador.
La IA nos hace preguntas alrededor de la forma de enseñanza, abriendo posibilidades a nuevos métodos y pedagogías. Los contenidos están a la distancia de un clic, y las respuestas a la velocidad en que hagamos las preguntas. Esto cambia la dinámica que conocíamos. El estudiante podrá acceder a los contenidos en otros espacios, y llegar al salón de clase a desarrollar otro tipo de conocimientos y habilidades: el pensamiento crítico, el debate y la argumentación, el intercambio de ideas, el trabajo en equipo, la empatía, la reflexión, la sensibilidad en temas sociales y ambientales.
Esta nueva era nos trae un desafío: la desconexión digital. Cada vez pasamos más horas conectados a un dispositivo móvil consumiendo contenido. Y este es un tema que tendrá que plantearse la educación, porque al contrario del pasado donde era bastante innovador tener las clases de computadores o tecnología, lo novedoso del mañana será la clase en el bosque, o en un cultivo, o en un museo, o en una comunidad alejada. Porque se aprenderá lo que no se enseña sino lo que se vive.
La educación del hoy y el mañana tendrá que profundizar en soft skills tales como la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el liderazgo, la resiliencia o la gestión del cambio y la solución de problemas. La Inteligencia Artificial tendrá que incorporarse al plan de estudios y adaptarse a los estilos de aprendizaje de cada estudiante, esto nos permitirá tener procesos más personalizados e incluyentes con poblaciones neurodiversas. La IA también permitirá una relación mas cercana entre profesor-estudiante y traerá procesos de retroalimentación y seguimiento mucho más personalizados. Ese profesor asumirá un rol de tutor y acompañante en la experiencia de aprendizaje, y de curador del contenido que le entrega a sus estudiantes. Y el estudiante también asume un rol mucho más protagónico en su proceso de aprendizaje. El profesor – maestro tendrá el enorme reto de emocionar, de despertar la curiosidad en niños, niñas y jóvenes, de cultivar la creatividad. Tendrá la posibilidad de abrir las puertas al mundo inagotable del conocimiento.