Síguenos en:
x
Columnistas | PUBLICADO EL 21 octubre 2020

Como éramos de felices cuando funcionaba la telefonía fija

Por Nohra María López

En Medellín todos, aun los de más edad, nacimos con teléfono. Era el servicio más eficiente que había, y si por casualidad sufría un daño, uno llamaba a la empresa donde contestaba una telefonista muy educada que recibía la queja y al día siguiente con su acostumbrada eficiencia lo reparaban, era raro que estuviera dos o más días dañado. Y cómo admirábamos y queríamos nuestras Empresas de Servicios Públicos, que funcionaban como un relojito. Cuando nos llegó el móvil o celular fue un plus, para llevarlo donde uno fuera. Pero el fijo lo seguimos usando para los domicilios, las conversaciones largas con amigos y amigas y lo siguen usando muchas personas a las que las tecnologías nuevas no les gusta por el motivo que sea. Pero llega una empresa extranjera a manejar lo que ya estaba bien manejado y a inventar lo que ya está inventado y resuelve olímpicamente privarnos de ese indispensable servicio, sin dar un aviso y sin ninguna explicación. No se puede pedir un servicio de reparación porque no contestan al teléfono, la red de internet se cae constantemente y tampoco les importa. Qué les puede importar si total todos seguimos pagando. Se burlan de nosotros. Nos faltan al respeto. Como éramos de felices en Medellín, sin Tigo.

Si quiere más información:

.