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Columnistas | PUBLICADO EL 14 septiembre 2019

China y Hong Kong: un contexto amenazante

Por David González Escobar

Universidad Eafit
Ing. Matemática - Economía, semestre 6
davidgonzalezescobar@gmail.com

Wong Kar-wai -uno de los más grandes directores de cine todavía activos- se distingue por haber desarrollado casi la totalidad de su obra cinematográfica en Hong Kong, ciudad cuya inimitable estética y ritmo logra inmortalizar en sus películas: los callejones laberínticos iluminados por disimiles anuncios de neón, el agobiante paisaje urbano entre rascacielos y caminos peatonales aéreos, el afán y la soledad de la exigente vida de sus habitantes. Todo adornado por sus indistinguibles y muchas veces improvisadas tomas, ambientadas por ajenas selecciones de música pop latina y norteamericana.

Muchos hongkoneses cumplen ya meses protestando por preservar una identidad que, de alguna forma, las películas de Kar-wai representan, y que sienten se ve amenazada por intentos del gobierno chino de lentamente quitarle autonomía (y de paso libertades) a esta región.

Las condiciones geopolíticas de Hong Kong son bastante peculiares. El hecho de ser una colonia británica provocó que por muchos años fuera el punto de conexión entre occidente y la mayoría de Asia, llevándolo a mezclar lo bueno, tanto de la cultura cantonesa como la británica, convirtiéndolo en un polo de desarrollo y un centro financiero de condiciones jurídicas y económicas bastante favorables para las operaciones en Asia de grandes bancos y empresas internacionales.

Pero todo cambió en 1997: Hong Kong volvió a pertenecer al gobierno chino. Sin embargo, en un esfuerzo por mantener su fortaleza económica, China decidió aplicar la doctrina de “un país, dos sistemas”: un acuerdo que permitía que, aunque hiciera parte de China, los ciudadanos de Hong Kong pudieran seguir gozando de sus libertades individuales y económicas.

¿Por qué pareciera que China se está arrepintiendo de estas condiciones? La respuesta es preocupante: su crecimiento económico sin precedentes parece estar llevándolos a pensar que las libertades de los hongkoneses ya no son un “costo” que valga la pena asumir en comparación al beneficio económico que les trae hoy por hoy la región.

Esto es un mensaje preocupante para occidente. Si China está dejando de creer que la seguridad jurídica de Hong Kong es un activo valioso en comparación con tener el control total de la vida de sus habitantes, ¿cuánto tiempo más tolerarán las libertades que damos por sentadas en occidente en nuestras relaciones internacionales y a la hora de realizar transacciones económicas?.

*Taller de Opinión es un proyecto de
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