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El enfoque de descubrir las pasiones de los estudiantes para que encuentren qué contribución quieren hacer al mundo es esencial.
Por Carlos Enrique Cavelier - opinion@elcolombiano.com.co
Esta semana estuvo en Colombia el matemático alemán Andreas Schleicher, director del programa Pisa (en español, el Programa para Evaluación Internacional de Estudiantes) de la OCDE. Curiosamente cuando uno ve su currículum piensa solo en resultados cuantitativos del examen. Lo extraordinario es que Andreas conversa de todo menos de números: habla de éxito en aprendizaje y de sistemas educativos que triunfan y de sus porqués.
Y afirmo que Colombia no va mal en las pruebas Pisa: siempre el día que aparecen los resultados parece como si hubieran goleado a la selección; en la falta total de contexto, todo el mundo le cae encima al sistema educativo, a los rectores, al Ministerio. Lo primero que menciona Schleicher es que en 20 años el cambio en el sistema educativo público en Colombia ha sido muy positivo: el desempeño general ha mejorado —y es así como hay que ver los resultados en educación, siempre a largo plazo.
Hay varios temas principales determinantes en la calidad de educación. Uno de ellos es la motivación que se puede inocular en los niños: que ellos puedan ver un futuro claro a través de programas como el plan de vida, o las comunicaciones de la sociedad, de sus padres o de los colegios. Igualmente deben existir altas expectativas de desempeño para los rectores y los maestros. Ese levantamiento de expectativas es magia para el sistema.
Segundo, el entrenamiento de profesores puede seguir y mejorar durante la vida del maestro, independientemente del nivel inicial de entrenamiento recibido al inicio de sus carreras. En este punto vale la pena mencionar que “el desaprender” juega un rol importante en esta era de la AI, de pandemias, de la digitalización de la educación.
El siguiente punto, enfatizado por Schleicher, es la definición de un buen aprendizaje y luego la puesta en marcha de un buen modelo institucional “que cuente con un enfoque metodológico y estructurado para diseñar, desarrollar y evaluar experiencias de aprendizaje efectivas”. Y luego que los sistemas sean coherentes, focalizados y rigurosos. Los estudiantes deben aprender ciencias y matemáticas para resolver problemas complejos, leer mucho para pensar por sí mismos y ser creativos.
El enfoque de descubrir las pasiones de los estudiantes para que encuentren qué contribución quieren hacer al mundo es esencial. En Colombia los estudiantes parecieran no tener foco en el futuro, que puede ser brillante, como se ha demostrado en miles de casos. Aquí hay que traer una máxima de la gerencia: la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Igual pasa con el mañana de los estudiantes. Deben imaginárselo y construirlo, pero las señales sociales y políticas en Colombia a veces son simples reflejos de algunos pesimistas que le hacen un daño profundo a la sociedad.
Empresarios por la Educación (ExE), con sus 26 miembros, el depositario de información y el aportante a políticas públicas sobre la Educación Nacional más relevante de Latinoamérica, invitó a Schleicher. Él ve en ExE el reflejo de lo que puede ser nuestra Educación en unos años, convirtiéndose en el outlier de la región.