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Columnistas | PUBLICADO EL 28 septiembre 2019

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Por JULIÁN POSADAprimiziasuper@hotmail.com

¡Hay tanta rabia en el mundo! Los líderes parecen ignorar las señales y los jóvenes las están manifestando de múltiples formas, la globalización que se nos vendió como el mejor modelo posible de desarrollo, los ha desilusionado, tampoco es la salvación el falso nacionalismo que pretenden endosarnos como futuro deseable, las señales están aquí, al desconocerlas, muchos pretenden negar su existencia. El lunes ante la ONU, Greta Thunberg, la chica de 16 años diagnosticada con Síndrome de Asperger y mutismo selectivo, que calificó su síndrome como un “superpoder”, hizo que los reflectores se posaran sobre un problema que la ciencia viene denunciando hace rato, allí ella pronunció unas palabras claras sobre el futuro del planeta: “estamos en el comienzo de una extinción masiva y ustedes de lo único de lo que hablan es de dinero y de fantasías de crecimiento económico...”. “Necesitamos una nueva forma de pensar. El sistema político que ustedes han creado se basa en la competencia. Engañan cuando pueden porque lo único que importa es ganar. Obtener poder. Eso tiene que terminar. Debemos dejar de competir unos contra otros. Tenemos que empezar a cooperar y compartir de forma justa los recursos que quedan en este planeta ...”. A Greta pretenden ignorarla y se burlan de ella los líderes de derecha que acuden al negacionismo y a las mismas fórmulas del siglo pasado para enfrentar los problemas, los que temen a la imaginación, la creatividad y el cambio, a ella, niña y activista que desafía las lógicas del poder y que convocó en la marcha por la Tierra a más de cuatro millones de personas la acompañaba en la ONU un chico argentino de 19 años que pronunció un discurso tan vehemente como el suyo.

Él se llama Bruno Rodríguez, tiene 19 años y dijo: “Hay que incluir las voces de nuestra generación en el proceso de construir caminos para tener un planeta habitable. El clima y la crisis ecológica es la crisis política de nuestro tiempo, la crisis económica de nuestro tiempo y la crisis cultural de nuestro tiempo”. “Vengo de un país de Latinoamérica. La historia de nuestra región es la de cinco siglos de saqueo. Para nosotros, el concepto de justicia ecológica y medioambiental está ligado al de derechos humanos, justicia social y soberanía nacional en relación a nuestros recursos naturales”,

Es claro que sin planeta no habrá vías posibles ni discusiones con sentido, llegó la hora de los mal llamados distintos, de los que desafían la uniformidad, esa diferencia incomoda y estorba mientras se manifiesta pero tarde o temprano y al parecer, por fin, sabrá encontrar su lugar para imponerse. Es el momento de la generación Greta, como la llama la periodista Paola Guevara, es el momento de los que cuestionan los viejos y ortodoxos modelos de educación o producción y las escuelas obsoletas, para ellos el plan B no existe, mucho menos un planeta B. Acompañémoslos, porque en esta cruzada ni a ellos ni a la ciencia nuestros líderes los están escuchando.

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