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Por Daniel González Monery
Universidad del Atlántico
Lic. en Ciencias Sociales, semestre 8
moneri11@hotmail.com
La terrible oleada de incendios que sacude el este de Australia, y que ha convertido el aire de su capital Sydney en uno de los más contaminados del planeta, es solo una pequeña muestra fehaciente del inminente poder destructivo del cambio climático. La lucha contra los devastadores efectos del clima es hoy una obligación ignorada por los gobernantes mundiales, quienes han sido incapaces de hacerle frente al mayor reto global al que se enfrenta la humanidad en toda su historia.
Los voraces fuegos en Australia han devastado cerca de 20 millones de hectáreas sobre la inmensa isla continente, y provocado la muerte de 10.000 camellos, 27 personas, 8.000 koalas y 1.000 millones de animales, entre mamíferos, reptiles y aves, que se han visto directamente afectados por las conflagraciones. El país, uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, ha perdido gran parte de su biodiversidad y hábitats, sumado a más de 2.000 viviendas destruidas.
Los incendios en el Amazonas del 2019 y la calurosa situación del país oceánico, son ejemplo perfecto de cómo el cambio climático ha ido causando la disminución progresiva de las precipitaciones a la par que ha aumentado las temperaturas, hechos que, combinados con otros factores ambientales, favorecen la intensificación de estas colosales emergencias. Un campanazo de alerta para gobiernos, políticos y organizaciones que se niegan a aceptar la realidad del cambio climático, haciéndose los ciegos y sordos.
El cielo completamente teñido de naranja, el deterioro de la calidad del aire y la salud, la vegetación arrasada y animales carbonizados por la llegada de las llamas, reflejan el panorama de vulnerabilidad al que están expuestos no solo los australianos, sino gran parte de las zonas del planeta. El drama no termina solo con apagar los incendios, si las severas sequías continúan.
Australia, que jugó un papel clave en bloquear el avance en las negociaciones en la Cumbre del Clima en Madrid, hace un mes, hoy enfrenta las claras consecuencias de no impulsar una política climática seria. Que los incendios sirvan de lección para darle a la gobernanza ambiental la prioridad que merece, justo ahora cuando el mundo arde en llamas. El cambio climático es un problema del presente y no del futuro. En un mundo cada vez más caliente y poblado, estaremos condenados a la pérdida irreversible de nuestros recursos y de la vida.
*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.