viernes
0 y 6
0 y 6
“Todos los problemas de Medellín son urbanísticos”.
Leí ese comentario en Twitter en la misma semana en la que entrevisté a un arquitecto que, a pesar de coincidir con la afirmación, me propuso convertirla en esta otra: “Todas las soluciones para Medellín son urbanísticas”.
Así como evidenciamos diariamente las consecuencias de una mala planeación en la ciudad, también podemos ver el impacto que el caos vial y la movilidad tienen sobre las ciudades y sobre la calidad de vida de quienes las habitan. Creo que vale la pena la mirada que me propuso el arquitecto con quien conversé y por eso, como ciudadana, quisiera exponer algunas preocupaciones alrededor de las cuales no veo todavía ningún diálogo.
Tal vez la primera deba ser la conversación metropolitana. Con la carta del subdirector financiero del Amva que se filtró la semana pasada, quedó en evidencia la dudosa ejecución que ha tenido esta entidad en los últimos dos años. La actual administración ha pasado de agache con la contaminación del aire en Medellín, no ha habido mensajes ni propuestas de acciones en el corto plazo frente a lo que podría ser uno de los problemas más graves de la ciudad.
Varias estaciones del programa Encicla estaban en pésimo estado y, con un par de videos, el Área Metropolitana argumentó que no era falta de recursos para el programa, sino descuido de algunos ciudadanos y vandalismo.
En temas de movilidad y pico y placa, nada nuevo pasa.
Una entidad que podría estar construyendo consensos para el beneficio de todos y hasta ahora, sin propuestas ni diálogos abiertos.
Del ruido y de la contaminación, nadie dice nada.
Otro de los retos que tiene la ciudad es buscar soluciones para disminuir lo que se vive en algunos barrios, donde la densidad y la cantidad de licencias para construir que se entregaron durante muchos años, sin planeación urbanística, desataron caos de movilidad, sobre todo en las conexiones entre municipios, saliendo hacia Envigado en el sur y entrando a Niquia en el norte.
Y es que si hablamos de movilidad, hay que hablar del parque automotor. En el Valle de Aburrá, según el Área Metropoliana, “actualmente hay 1.781.666 vehículos, entre carros, motos, buses, camiones y volquetas”. ¡Una barbaridad!
Pero entonces lanza un tweet el alcalde de Medellín asegurando que se limitará la venta de carros a gasolina para el año 2035 y todo se vuelca a esa insinuación, por demás, irresponsable, pues no se ha debatido lo suficiente con los sectores relacionados y es mucho lo que se debería transitar para llegar a esa conclusión y a ese anuncio que, lejos de informar, estaba desde el principio planeado para generar polémica.
¿Cómo resolver el problema? ¿Cómo poner los ojos en una entidad que parece inútil, pero que tiene los temas más importantes para el futuro de diez municipios y más de tres millones de personas? ¿Qué hacer para lograr una gobernanza multinivel efectiva, con visión integrativa y no fragmentaria y por encima de los intereses políticos de cada municipio?
Abro la conversación