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Es difícil que alguien pueda formular con certeza tesis acerca de la evolución próxima de Siria, si se dividirá el país, si se mantendrá la actual y al parecer muy frágil coalición de grupos que triunfaron.
Por Alejo Vargas Velásquez - vargasvelasquezalejo@gmail.com
Hace una semana el mundo se sorprendió con la reanudación de una vieja guerra civil en Siria y su desenlace en pocos días –u horas ¿quizá?–, lo cual reflejaba efectos del punto de vista militar –un ejército, el oficial, que perdió toda su moral de combate– y político –la pérdida total de legitimidad del régimen de Bashar-al-Ásad–, que llevó a un desenlace impensado de una guerra civil que se había iniciado desde 2011 y que había conllevado una intervención a fondo de potencias como la Rusia de Putin, el Irán de los Ayatolas, Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudita, Israel y otras potencias europeas y asiáticas, así como los Kurdos. La impresión de los últimos años era que la situación se había estabilizado con un régimen de Bashar-al-Ásad en el control del gobierno y diversos grupos irregulares con controles territoriales y una especie de stand bye; pero todo indica que las cosas continuaban moviéndose y el desenlace fue la caída del Gobierno y la toma de las principales ciudades, incluyendo Damasco, la capital, por las fuerzas de las insurgencias yihadistas. “HTS representa una evolución «positiva» del yihadismo —el investigador estadounidense Aaron Y. Zelin, experto en HTS, se refiere a él como «yihadismo político»—. Su líder, Abu al Julani se ha esforzado por adquirir legitimidad no religiosa, demostrando su capacidad para administrar la provincia de Idlib” –que ellos controlaban–, nos dice el periodista Asiem El Difraoui en una entrevista para el periódico virtual El Grand Continent.
El gran interrogante es ¿cuál será el futuro de Siria? ¿El de la Libia de Gadafi después de la intervención de la OTAN, ya no en uno sino en dos países?, o ¿el de Irak posterior a la intervención norteamericana? o ¿el de Afganistán con el retorno al poder de los Talibanes?
Es difícil que alguien pueda formular con certeza tesis acerca de la evolución próxima de Siria, si se dividirá el país, si se mantendrá la actual y al parecer muy frágil coalición de grupos que triunfaron; si el actual gobierno se podría estabilizar, como insinúa el periodista Asiem El Difraoui: “El golpe de Julani y HTS contra Bashar al Asad no es solo un terremoto para la región. La fulgurante toma del poder por el nuevo hombre fuerte de Siria marca la victoria del «yihadismo político» como estrategia de conquista y debe leerse como un punto de inflexión en la historia del islamismo global”.
Recordemos que Siria emerge como república independiente post Segunda Guerra Mundial después de haber estado sometida a diversos imperios y es posterior a diversas luchas internas por el poder, al intento, en época del coronel Nasser en Egipto, de formar la República Árabe Unida entre Siria y Egipto que concluye con un golpe de Estado en 1961 y que se consolida posteriormente el poder del partido Baaz Árabe Socialista y bajo la conducción del general Háfez-al-Ásad quien gobierna desde 1970 al 2000 y a su muerte lo sucede su hijo Bashar-al-Ásad hasta el domingo pasado.
Se trata de un país y de conflictos asociados a la vieja Guerra Fría y que habrá que ver la ruta que tomarán.