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¿Quién tendría que ser para...?

¿Quién tendrías que ser para estar en paz con su pasado y avanzar con fuerza hacia su futuro? ¿Quién tendrías que ser para vivir una vida extraordinaria?.

28 de diciembre de 2024
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  • ¿Quién tendría que ser para...?
  • ¿Quién tendría que ser para...?

Por Aldo Civico - @acivico

Una mañana de domingo, Steve Hardison, reconocido como el “coach supremo”, leía el periódico cuando una noticia lo golpeó como un mazazo. Matt Leinart, una promesa del fútbol americano, había sido desechado por su equipo. Steve no podía dejar de preguntarse: ¿Dónde estará ahora este hombre? ¿Qué estará sintiendo? Sin conocerlo, decidió buscarlo y ofrecerle su ayuda. Aunque no logró contactarlo, este intento lo llevó a un encuentro inesperado con Deuce Latui, otro jugador que también cargaba sus propias sombras. Cuando Deuce llegó a su casa, Steve lo recibió con calidez. Lo condujo hasta su oficina, un lugar que describía como sagrado, donde las verdades más profundas de las personas emergían. Frente a frente, Steve lanzó una pregunta que desarmó al coloso: “¿Quién es el mejor liniero ofensivo de la NFL?” Deuce vaciló, atrapado en sus propias dudas. Steve no cedió. Propuso un juego: él sería Deuce, y Deuce sería él. Cambiaron de roles, y Steve, con una convicción arrolladora, declaró: “Soy el mejor liniero ofensivo de la NFL”.

Esa afirmación resonó como un trueno. Steve invitó a Deuce a repetirla, a hacerla suya. Al principio, las palabras salieron trémulas, pero, poco a poco, algo profundo comenzó a cambiar. “Soy el mejor liniero ofensivo de la NFL”, dijo finalmente Deuce, y en ese instante algo en él se transformó. Sus hombros se alzaron, su voz se afirmó y su mirada se llenó de determinación. Ese momento encapsuló la esencia del ser y del compromiso: el poder de declararse a sí mismo lo que uno es y lo que puede llegar a ser. Steve no solo ayudó a Deuce a verse con claridad, sino también a comprometerse con esa versión poderosa de sí mismo.

He vuelto a reflexionar sobre esta historia en estos días entre Navidad y el fin de año. Son días de mayor tranquilidad, que dedico a plasmar, negro sobre blanco, el año que viene. No se trata solo de decidir prioridades y objetivos, sino, sobre todo, de preguntarme: ¿quién necesito ser para crear el año que quiero vivir? Es la misma pregunta que Steve Hardison le hizo a Deuce De hecho, considero esta pregunta fundamental, transformadora e inspiradora, porque te lleva a comprometerte con ese ser que no es otro más que tu Yo Auténtico. También es una pregunta que suelo hacer a mis clientes: ¿quién tendrías que ser para crear valor en su trabajo? ¿Quién tendrías que ser para estar en paz con su pasado y avanzar con fuerza hacia su futuro? ¿Quién tendrías que ser para vivir una vida extraordinaria? ¿Quién tendría que ser para mejorar sus relaciones más importantes? ¿Quién tendrías que ser para saber que tu existencia marca una diferencia? Al responder estas preguntas, recuerdo que no me tengo que convertir en este ser, que ya lo soy, por lo menos en potencia. Me comprometo a crear mis experiencias y realidad desde mi Yo Auténtico, siendo quien realmente soy. Esta es la invitación que les hago para cerrar con broche de oro este año y acoger el nuevo con todo el vigor.

¡Feliz año nuevo!

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