La fecha límite para que EE. UU. se quede sin caja para asumir sus obligaciones cada vez está más cerca. Y pese a las súplicas del gobierno, el Congreso todavía no aprueba la ampliación del límite de endeudamiento, que está en US$31,4 billones.
Mientras tanto, los mercados bursátiles van entrando en una tensión que se irá agudizando mientras más cerca está el 1° de junio, fecha en la que el recaudo por impuestos y las demás fuentes de capital ya no alcanzarían para honrar gastos de funcionamiento ni la deuda soberana de la Nación.
Algunos analistas han mencionado para reconocidas agencias que, de no acceder a nuevo financiamiento, el gobierno entraría en ese incumplimiento que técnicamente llaman default y provocaría que el mercado de valores en EE. UU. pierda liquidez y se reduzca a la mitad.
Jamie Damon, director ejecutivo de JP Morgan, coincidió con figuras del sector privado y con la secretaria del Tesoro de EE. UU., Yanet Yellen, en que esa situación sería “potencialmente catastrófica” y señaló que, a medida que el calendario avanza, el pánico en las bolsas de ese país se va transformando en volatilidad y “podría afectar a otros mercados del mundo”.
Efectos para todos
En relación con ese riesgo, José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, señaló que “esto ya ocurrió en el pasado, en las administraciones de Barack Obama y Donald Trump, y siempre se presta para unas negociaciones complicadas porque está en manos del Congreso tener un mayor límite de deuda”.
Hizo notar que “siempre se ha tenido la impresión de que esto es algo que a último momento se puede arreglar, porque el costo reputacional y los nervios asociados al mercado financiero ante el impago de los bonos hace pensar que lo más sensato es que esto se arregle. Sin embargo, los analistas empezaron a señalar la polarización del Congreso como algo preocupante desde principios de año”.
Desde su óptica, “es difícil prever las consecuencias del peor escenario, pero EE. UU. entraría en default técnico al no poder pagar su deuda, eso sería algo inusitado (...) ese ruido financiero, paradójicamente, podría generar una apreciación del dólar y una devaluación de las monedas emergentes, que en últimas son las que terminan pagando los platos rotos. Eso sería adverso para el peso colombiano y para nuestros activos”.
Si la cotización de las acciones se viene al piso, perderían valor los portafolios que personas naturales y jurídicas tienen en la Bolsa de Nueva York.
Pese al estrés que está cayendo, el analista Omar Suárez indicó que el escenario base apunta a que eso no ocurrirá: “Al final van a llegar a un acuerdo y EE. UU. seguirá honrado sus compromisos, como siempre lo ha hecho. De no ser así, sería algo muy malo, porque al tratarse de la primera economía, se desvalorizarían activos de riesgo”, lo que al final se traduce en un menor apetito por traer inversión a países emergentes como Colombia.
El reto para el gobierno de Joe Biden, según el consultor en temas financieros Juan Gonzalo Hurtado, es lograr que el Congreso aumente el techo del endeudamiento sin acceder a ese recorte del 14% que están exigiendo los republicanos en el gasto, algo que podría aumentar el riesgo de contracción económica.