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Comerse un mango, ir por una bolsa de leche a la tienda, darse el gusto saliendo a un restaurante u hospedarse en un hotel se está volviendo todo un reto para las familias colombianas, o al menos eso está observando el Dane en su medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En febrero el costo de vida en el país subió 1,66%, dato superior al observado en el mismo mes en 2022, que fue de 1,63%. Eso sí, si la comparación se hace con enero de este año se ve una desaceleración, pues en ese lapso el golpe al bolsillo había sido del 1,78%.
No obstante, esta situación sigue siendo un problema que deben encarar los hogares. Incluso es más claro cuando se toma el dato de los últimos doce meses, pues en ese período la inflación llegó al 13,28%, un indicador no visto desde marzo de 1999.
Es que con el problema de precios que vive el país hay un dicho que cala perfectamente: “cuando no es una cosa, es la otra”. Y así tal cual lo deja ver el Dane. Por ejemplo, en la categoría de alimentos ahora están afectando las lluvias y los altos precios de insumos que hacen mella a la hora de adquirir frutas o leche; de otro lado también está encareciendo el rubro de los servicios, y mucho tienen que ver las altas tarifas de energía, sobre todo en Pereira, Popayán o Manizales.
Todo eso se suma a valores que suben normalmente por esta época como las matrículas en los colegios y universidades, así como las tarifas del transporte a las que todavía se están adaptando los colombianos.
A partir de ahí, los datos son preocupantes desde el cristal que se miren. Por ejemplo, si se toman solo los incrementos durante febrero, la educación se disparó 8,50%; los artículos para el hogar subieron 2,04%; y el transporte, 1,99%, entre otros.
Si se quiere ver una foto más amplia, en los últimos doce meses los alimentos y las bebidas no alcohólicas siguen siendo lo más caro, con una inflación de 24,14%; los restaurantes y hoteles marcan 18,77% más; los artículos para el hogar, 16,88%; el transporte, 14,89%; y los bienes y servicios diversos, 14,61%. Así, dichas categorías están por encima del encarecimiento promedio.
Desde ángulos opuestos
Tras conocerse los resultados, el presidente Gustavo Petro dijo a través de su cuenta de Twitter que la inflación en Colombia llegó a su techo en enero y ha comenzado la desaceleración.
Aunque el Jefe de Estado mencionó que “ya no son los alimentos los que jalonan la inflación”, por el contrario los datos del Dane muestran que estos siguen siendo los que más pesan. Solo en febrero explicaron 0,32 puntos porcentuales, más que cualquier otra categoría.
En efecto, el economista Daniel Monroy aseguró que los alimentos siguen siendo la categoría que más está afectando a los hogares colombianos y llamó la atención porque “en comparación con otros países Latam, Colombia es el único donde sigue subiendo inflación”.
No obstante, Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, ve un escenario similar al de Petro. Aunque todavía hay problemas por la tasa de cambio y el clima, cree que el precio de los alimentos se estaría desacelerando y la inflación va tocando techo.
No obstante, Olarte reconoce que artículos importados como vehículos, algunos productos de aseo y el combustible todavía siguen aportando de manera importante al IPC. De hecho, la gasolina registra tres subidas en 2023: en enero, de $400; en febrero, $250; y para este mes otros $400.
Con todo esto, Scotiabank Colpatria cree que la subida de los precios en el país continuará entre el 12,5% y el 13% anual en el primer semestre, mientras que para la recta final del año podría reducirse progresivamente hasta el 9%. En ese orden, Olarte vaticina una subida de las tasas de interés por parte del Banco de la República este mes, a 13%.
Para María Claudia Lacouture, presidente de Amcham Colombia, a pesar de tener una reducción frente enero pasado, la inflación mantiene aún niveles altos. “Hay una muestra de estabilización aunque la variación anual no se presentaba desde hace 24 años”.
En ese entendido, considera, “es necesario analizar otras medida además de las tasas de interés para hacer que la baja de la inflación sea tendencia y evitar que los precios, en especial de los alimentos, sigan subiendo”.
A su turno, Laura Peña, economista de BBVA Research para Colombia, hizo énfasis en rubros como servicios, sobre todo en establecimientos de comida a la mesa y comidas rápidas, que siguen sintiendo los efectos de un exceso de demanda.
Desde BBVA Research anticipan que los precios empezarán a moderarse de a poco en los próximos meses, pero el alivio se sentirá un poco más apenas en julio o agosto.
Ciudades más afectadas
Según las métricas del Dane, actualmente hay 16 ciudades principales donde los precios son mayores a los de la media nacional. Los casos más notables son Cúcuta, con el 16,12%; Sincelejo, 14,97%; Valledupar, 14,56%; y Montería, 14,51%, entre otras.
A su turno, Medellín, que marca subidas del 13,20%; así como Manizales, que registra 13,05%; y Bogotá e Ibagué, ambas con 12,94%, entre otras, se encuentran por debajo.
Haciendo zoom sobre la capital antioqueña, el bolsillo está más afectado cuando de comida, restaurantes y hoteles, muebles y artículos para el hogar y transporte se habla.
Aunque trajeron un poco de alivio, los indicadores de febrero siguen reflejando la dura situación que enfrentan los hogares colombianos, que han tenido que hacer “maromas” con su presupuesto.
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.