La generación del edificio Coltejer, La Playa y la avenida Primero de Mayo recuerda la transformación cultural que ha significado pasar de juniniar a encontrarse en centros comerciales como Oviedo, de los primeros en tener salas de cine, y que hoy es uno de los 251 complejos comerciales que están abiertos solo para servicios esenciales y están a la espera de su dinamización en 11 días.
Juan Carlos López, director del grupo de investigación de Historia Empresarial de Eafit, se da la licencia del recuerdo cuando se le pregunta por estos espacios. Ilpostino, también conocida como El Cartero de Neruda, es la película que fue a ver, en los días en los que esas salas de cine en malls eran una novedad, aunque terminó en The Bridges of Madison County, dirigida e interpretada por Clint Eastwood y Meryl Streep, porque no llegó con las dos horas reglamentarias para hacer fila y comprar la boleta.
Hoy lamenta dejarse de tomar un café en Juan Valdez de Santa Fe o visitar a los amigos que sufren económicamente por haber tenido que cerrar sus almacenes; más allá de eso, desde su rol profesional considera indispensable la apertura del comercio para ser el canal de distribución de los bienes y servicios que la industria ya está autorizada para producir.
Sentir que le toman la temperatura antes del ingreso, dejar un espacio libre de parqueo, limitar el uso de ascensores, encontrar las plazoletas de comidas dedicadas a domicilios o entregas para llevar y cerrados los cines sin una fecha de apertura son las experiencias que se vivirán en los centros comerciales que ampliarán su atención al público el primero de junio de manera gradual y con liderazgo de los mandatarios locales.
La medida beneficiaría más a 60 ciudades en donde se ubican estos complejos, que completan una oferta de 6,01 millones de m2 que brindan experiencias, además del solo hecho de comprar.
El presidente Iván Duque sostuvo ayer que el aforo máximo será de 30 % pero la implementación inteligente recaerá en los líderes territoriales y que el comercio se reactivará únicamente con autorización previa, tras la presentación de protocolos de bioseguridad (ver Claves).
Para Medellín, el alcalde Daniel Quintero afirmó que el ingreso a la vida productiva deberá respetar el pico y cédula.
“Vamos a tener una plataforma segura de centros comerciales, los hemos diferenciado por niveles de riesgo”, y otra aplicación va a garantizar el aforo, para que en caso de que haya un contagiado, se pueda hacer un rastreo de la cadena de contacto.
Ambos proyectos aún en elaboración, razón por la cual la Alcaldía no dio información adicional a este diario.
Antes de los anuncios del Presidente, en Bucaramanga, el alcalde Juan Carlos Cárdenas indicó la reactivación de actividades adicionales, sin apertura al público y con comercio digital; lo que siembra un camino de reactivación. En Bogotá el sector privado ha venido alistado también sus protocolos.