En un contexto en el que todos los países de América Latina y el Caribe, sin excepción, enfrentan una situación fiscal deteriorada y el nivel de endeudamiento de los gobiernos está en ascenso arranca mañana, en Barranquilla, la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en formato virtual.
Y es que en su más reciente informe regional, publicado el jueves, la secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, señaló que la región es la más endeudada del mundo en desarrollo y la que tiene el mayor servicio de deuda externa en relación con sus exportaciones de bienes y servicios (ver Paréntesis).
El diagnóstico no pasa desapercibido para el BID, que señaló que en el encuentro de este 2021 se discutirán los desafíos sin precedentes que afronta América Latina en momentos en que despliega sus esfuerzos de vacunación y sienta las bases para la recuperación pospandemia de la covid-19.
Es así como la asamblea contará con ocho seminarios que analizarán qué debe hacer la región para salir de la pandemia más fortalecida que antes en áreas como infraestructura, economía digital, el potencial sustentable de la Amazonia, empoderamiento de las mujeres, y la vinculación regional con las cadenas globales de suministro.
Adicionalmente, el encuentro que es la principal instancia de toma de decisiones del BID, debatirá sobre el rol de este ente multilateral en una etapa de recuperación signada por urgentes necesidades sociales y complejas situaciones fiscales.
Mayor potencia
Ayer, en la instalación del Foro de Alcaldes “Hacia una recuperación inclusiva y sostenible de las ciudades”, con el que comenzó la agenda previa de la asamblea, el presidente Iván Duque sostuvo que el BID debe fortalecerse y tener más recursos y capacidad de crédito para financiar las necesidades de los países de la región.
Como antesala de las sesiones del encuentro número 61 del BID, el mandatario colombiano expresó que “hoy América Latina tiene el reto más grande y es no retroceder en las cifras de pobreza y poder solventar los estragos causados por el covid-19”.
Insistió en que “queremos un BID más fuerte, con más recursos, con más capacidad de préstamo, y esta debe ser la década en la que el BID tenga su mayor expansión”.
Ante el presidente de la entidad multilateral, Mauricio-Claver-Carone, Duque añadió que será necesario “generar empleo, atraer más inversión y, por supuesto, estabilizar las finanzas públicas de nuestros países”.
También planteó que esta asamblea debe ser el inicio de la conversación para definir la hoja de ruta del BID hasta el 2030, pues “tenemos que seguir dando pasos para consolidar la agenda de desarrollo sostenible, con las metas o los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
En esa línea, la agencia EFE resaltó que Claver-Carone, que asumió la presidencia del BID en octubre pasado, ha defendido la necesidad de un aumento general de capital del BID hasta los 20.000 millones de dólares para incrementar los recursos disponibles para préstamos en la región, desde los 12.000 millones actuales, u que esta propuesta se discutirá en la reunión de Barranquilla.
Oportunidades
Para el docente e investigador económico de Eafit, Jesús Botero, el momento histórico resulta único para un tratamiento multilateral de los desafíos que planteó la pandemia, por lo que es clave que haya una entidad como el BID que puede jugar un rol destacado en diversos frentes.
“Primero porque de alguna manera puede impulsar la ejecución de algunas obras, siendo su fuente de financiación. Segundo porque puede dinamizar estudios y animar la discusión pública en el país, y tercero porque cumple un papel de representación en el concierto internacional, similar a la función que cumplen este tipo de entidades para salir todos juntos adelante”, dijo.
En esa línea, Luis Alberto Rodríguez, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), resaltó como el BID comprometió ayer 150 millones de dólares para impulsar la sostenibilidad y competitividad urbana de Barranquilla. El viernes, BID también aprobó un crédito de 15 millones de dólares para contribuir a la reducción de costos logísticos y a la reactivación.
De los compromisos que se adopten será posible frenar la pobreza y dinamizar el crecimiento económico (ver gráfico)