En el remate del primer trimestre de 2025 “arancel” ya se perfila como la palabra del año. El presidente Donald Trump anunció que a partir del próximo miércoles, 2 de abril, impondría aranceles del 25%, adicionales a los que ya se aplican, sobre las importaciones estadounidenses de vehículos de pasajeros y, que a más tardar el 3 de mayo, las autopartes que se fabriquen fuera de EE. UU. también estarán sujetas a esta obligación.
El fin de semana, Trump dijo a NBC News en una entrevista, que “no le importa en lo más mínimo” si los fabricantes de automóviles aumentan los precios.
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Al preguntársele cuál había sido su mensaje reciente a los directores ejecutivos de la industria automotriz y si les había advertido contra el aumento de precios, Trump respondió: “El mensaje es: ¡felicitaciones! Si fabrican su auto en Estados Unidos, ganarán mucho dinero. Si no, probablemente tendrán que venir a Estados Unidos, porque si fabrican su auto aquí, no hay aranceles”.
Además, cuando se le preguntó si les había dicho a los directores ejecutivos que no subieran los precios, como informó The Wall Street Journal, Trump añadió: “No, nunca dije eso. Me da igual que suban los precios, porque la gente va a empezar a comprar coches fabricados en Estados Unidos”.
Y el mandatario norteamericano continuó: “Me da igual. Espero que suban los precios, porque si lo hacen, la gente comprará coches estadounidenses. Tenemos muchos”.
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Y cuando se le insistió en si le preocupaba el aumento de los precios de los automóviles, Trump dijo: “No, no me importa en absoluto, porque si los precios de los automóviles extranjeros suben, van a comprar automóviles estadounidenses”.
Después de la entrevista, un asistente del presidente se comunicó con NBC News para aclarar que Trump se refería específicamente a los precios de los automóviles extranjeros.
Arancel, ¿ruido, señal o nueva tendencia?
Analistas económicos de Bancolombia explicaron que desde su primer mandato, el presidente Trump ha sido vehemente respecto al uso de aranceles como la principal herramienta para lograr sus objetivos.
Pero, en esencia, se trata de un intrincado juego de negociación, como lo han demostrado en estos primeros meses del año: anuncios sin órdenes ejecutivas, aplazamiento de fecha de entrada en vigor y espacio para reacciones y retaliación.
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“Aunque, por momentos, mucho de lo que ha ocurrido en este inicio de año parece más ruido que tendencia, la escalada de tono en la guerra comercial comienza a incorporarse en la toma de decisiones en un escenario de reconfiguración del comercio internacional”, anotaron.
Desde la óptica de Garrett Melson, estratega de Portafolio de Natixis Investment Managers, los aranceles de Trump son más una distracción que un tema central.
Para este experto, las recientes reacciones de los mercados a los anuncios de nuevos aranceles han mostrado que un conjunto de empresas expuestas a esas obligaciones ha tenido un rendimiento inferior al índice S&P 500 de la bolsa de Nueva York en solo 0,5%, pero ha superado al indicador Nasdaq en 3,7%.
En caídas recientes observadas en la bolsa, esos mismos nombres de empresas expuestos a aranceles superaron tanto al Nasdaq como al S&P 500 y eso “no es lo que uno esperaría si el principal problema fueran los aranceles”, enfatizó Melson.
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Igualmente, mencionó que los mercados comenzaron el año con un optimismo excesivo sobre el crecimiento y un pesimismo exagerado sobre la inflación, y ahora enfrentan un panorama que sugiere un enfriamiento tanto en el crecimiento como en la inflación.
“Para ser claros, es prematuro afirmar que están surgiendo dinámicas recesivas, pero los riesgos a la baja son evidentes y están aumentando a medida que el crecimiento se desacelera desde niveles elevados. Los pilares que han sostenido el sólido crecimiento económico en EE. UU. en los últimos años se están debilitando”, comentó Melson, al insistir en que los anuncios arancelarios de Trump obedecen a una estrategia de distracción.
Por su parte, los investigadores económicos de Bancolombia enfatizaron en que ha perdido fuerza el optimismo inicial que vivieron los mercados financieros, ante un gobierno de Trump que traería recortes de impuestos corporativos, desregulación bancaria e impulso a sectores productivos (automotriz, petróleo), en medio de los anuncios volátiles en materia comercial y migratoria.
Vendrá una reconfiguración del comercio internacional y ello ya comienza a sentirse en decisiones de inversión que se aplazan, redireccionan o cancelan, en medio de tanta incertidumbre.
“Como consecuencia, es notable el ajuste a la baja en la previsión de crecimiento para EE. UU. que han realizado distintos bancos internacionales y autoridades (como la Reserva Federal, que redujo su pronóstico de crecimiento del PIB de 2025 de 2,1% a 1,7%)”, señalaron los analistas.
A su turno, los analistas de Credicorp Capital indicaron que la economía mundial se enfrenta a elevados niveles de incertidumbre bajo el segundo mandato presidencial de Trump.
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Inicialmente, la elección de Trump fue bien recibida por los empresarios e inversionistas de Estados Unidos, ante la expectativa de que su postura no sería tan agresiva en políticas que afectaran al crecimiento y más bien se enfocaría en la desregulación y extensión de recortes de impuestos.
Sin embargo, en sus primeras semanas de gobierno, la avalancha de medidas anunciadas en cuanto a aranceles, inmigración y gasto público han ido bastante más lejos de lo anticipado.
Prueba de eso es el hecho de que los índices bursátiles estadounidenses hubieran revertido todo lo ganado en el periodo poselecciones y las tasas del tesoro norteamericano cayeran significativamente en 8 semanas, reflejando que los temores han virado de riesgos al alza en inflación a riesgos a la baja en el crecimiento. Por eso los temores de una recesión en Estados Unidos han aumentado.
Los potenciales impactos para Colombia
José Manuel Corrales, economista y docente de la Universidad Europea, explicó que Colombia es una economía abierta y vulnerable a estos cambios en el intercambio comercial global.
“Si bien la guerra arancelaria puede representar un obstáculo para las exportaciones nacionales, también abre la posibilidad de convertirse en un socio comercial clave en ciertos sectores donde China y Estados Unidos han perdido terreno”, expresó el educador.
Añadió que el impacto para Colombia es de doble filo. Por un lado, la incertidumbre generada por la guerra comercial puede frenar el comercio internacional, afectando las exportaciones colombianas; además, la volatilidad en los mercados financieros puede impactar negativamente las inversiones y el crecimiento económico.
Sin embargo, la situación también presenta oportunidades. Colombia podría posicionarse como un proveedor alternativo para ambos mercados, llenando los vacíos dejados por la disputa arancelaria.
La reciente formalización de una asociación estratégica con China, que incluye acuerdos para aumentar las exportaciones colombianas de productos como carne de res y quinua, es un ejemplo del potencial que existe.
Corrales destacó que “los tratados de libre comercio juegan un papel fundamental en este contexto. Permiten diversificar mercados y reducir la dependencia de Estados Unidos y China, minimizando los efectos adversos de la guerra comercial. Colombia debe aprovechar estos acuerdos para fortalecer su competitividad”.
También agregó que “las guerras comerciales del pasado nos enseñan que el proteccionismo puede tener efectos devastadores en la economía global. Es esencial que Colombia adopte estrategias de adaptación, fomentando la innovación y el comercio justo para mantenerse a flote en este entorno cambiante”.
Y es que además de la disputa entre Estados Unidos y China, las tensiones comerciales también se extienden a otras regiones. Recientemente, el presidente Trump anunció planes para imponer un arancel del 25% a cualquier país que compre petróleo de Venezuela, citando la hostilidad de Venezuela hacia Estados Unidos.
Este tipo de medidas puede generar incertidumbre adicional en el comercio global y afectar a países que dependen del petróleo venezolano o tienen relaciones comerciales con Estados Unidos.
Con las tensiones aún latentes el futuro del comercio global sigue siendo incierto. Colombia debe estar preparada para navegar en este entorno volátil, adaptándose a los cambios y aprovechando las oportunidades que puedan surgir. La clave estará en la diversificación, la innovación y la promoción de un comercio justo y sostenible.
Posible rebaja de precios de los vehículos
Desde la presidencia de la Asociación del Sector Automotriz y sus Partes (Asopartes), Carlos Andrés Pineda, calificó las medidas arancelarias de Estados Unidos como preocupantes, ya que son restricciones al libre comercio y al libre mercado.
“En particular, el mercado de los vehículos livianos, pesados y de motocicletas, es global, o sea, es un mercado que se mueve con cadenas de abastecimiento y de fabricación globales. Una marca puede traer vehículos de muchas fábricas diferentes de ensamblaje en el mundo y puede traer partes y piezas para ensamblar esos vehículos de muchas fuentes diferentes. Y por eso no podemos estar de acuerdo con las medidas de Trump”, manifestó el dirigente gremial.
Para Pineda ese tipo de restricciones, que incluso estaba pretendiendo tomar el gobierno del presidente Petro, lo único que hacen es encarecer el producto final para los consumidores e impactar la inflación.
El presidente de Asopartes planteó que en el caso de los aranceles a los vehículos en EE. UU. hay asociaciones de la industria automotriz en Norteamérica que reconocen que por mucho tiempo no miraron hacia el sur del continente y creen que ahora hay unas oportunidades de abrir mercado o reforzar lazos comerciales.
“Posiblemente puede haber una oportunidad de que vehículos que no se coloquen en el mercado norteamericano puedan tener la posibilidad de ser importados a otros destinos, incluyendo pues Sudamérica e incluyendo Colombia. A unos precios posiblemente más competitivos”, sostuvo Pineda.
En el paquete de marcas están incluidas las que ensamblan en México como Kia, Nissan, Volkswagen, Audi, BMW, Mercedes Benz, Hyundai, General Motor y Mazda.
Algo similar puede ocurrir en el caso de los repuestos y autopartes, porque hay muchos productores que han establecido joint venture con fábricas en México, con un enfoque en el ensamble de los vehículos y ante la eventualidad de imponer un 25% de aranceles a los repuestos que se van a introducir a Estados Unidos, por supuesto, ellos seguramente van a buscar otros destinos.
Proyecciones en los tiempos de aranceles
Mientras el reloj sigue acercando la entrada en vigor de los aranceles a los carros en Estados Unidos, el Representante a la Cámara por Antioquia del Centro Democrático, Juan Espinal, advirtió de las eventuales consecuencias de medidas similares para los productos colombianos.
Las estimaciones son desalentadoras, pues estarían en riesgo 3.200 empresas en el país y 600.000 empleos, según información fue suministrada por el Ministerio de Comercio, para un debate de control político, frente a la preocupación de una posible imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos.
Esta situación podría ocurror si el gobierno colombiano le compra hidrocarburos a la dictadura de Nicolás Maduro, en Venezuela.
En la respuesta al cuestionario el Ministerio de Comercio reconoció que 57 productos pasarían a exportar un 0% a Estados Unidos, entre ellos bananos y café. También habría afectación en la exportación a ese país de flores (-49%), oro (-89%), azúcar (-93%).
De la misma manera, 111 productos analizados y que representaron US$14.336 millones en exportaciones en 2024, pasarían a US$5.369 millones con el arancel, es decir observarían una disminución del 62,5%.
De los 608.500 empleos de las 3.211 empresas colombianas que exportaron a Estados Unidos estarían en riesgo 134.130 en Antioquia, 255.284 en Bogotá, 67.575 en el Valle, 51.515 en Cundinamarca, 31.815 en Atlántico, 31.756 en Caldas, 12.074 en Risaralda, otros en 4.276 en Santander y 1.215 en Huila.
Adicionalmente, el MinComercio según Espinal, reconoce que durante el 2024, las actividades económicas de las partidas arancelarias exportadas a Estados Unidos emplearon a un total de 4,6 millones de personas que representaron el 20% del total de los empleos en el país, por lo que la afectación de un paquete arancelario podría ser mucho peor.
Los negocios globales van a aumentar
El comercio mundial se recuperó en 2024, y en los próximos cinco años se prevé que crecerá más rápidamente que durante la década anterior.
Así lo anticiparon DHL y Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, que publicaron el fin de semana el DHL Trade Atlas 2025, texto que ofrece un análisis exhaustivo de las tendencias más importantes del comercio mundial.
De acuerdo con esa publicación, la incertidumbre se cierne sobre las futuras políticas comerciales desde la reelección del presidente estadounidense Trump el año pasado.
Sin embargo, el estudio hace hincapié en el hecho de que el crecimiento del comercio mundial ha demostrado ser sorprendentemente resiliente frente a las recientes perturbaciones. Es probable que este patrón se mantenga incluso ante la ejecución de una campaña de incrementos arancelarios, como la que se verá desde el miércoles.
“Sigue existiendo un potencial de crecimiento significativo para el comercio en las economías avanzadas y emergentes de todo el mundo. Es impresionante ver que el comercio internacional sigue resistiendo a todos los desafíos imaginables, desde la crisis financiera de 2008 y la pandemia del covid-19 hasta los aranceles y los conflictos geopolíticos”, resaltó John Pearson, director de DHL Express.
Adicionalmente, se destacaron varios motivos para ser optimistas respecto al futuro del comercio mundial a pesar del giro hacia tendencias más restrictivas en la política comercial de Estados Unidos.
La mayoría de los países siguen apostando por el comercio como una oportunidad económica fundamental, y las barreras comerciales estadounidenses podrían reforzar los lazos entre otros países.
En línea con lo expuesto por Garrett Melson, estratega de Portafolio de Natixis Investment Managers, el DHL Trade Atlas 2025 sugirió que muchas de las amenazas arancelarias de Trump podrían acabar siendo diferentes de lo que se propuso inicialmente o bien retrasarse en el tiempo, para evitar un repunte de la inflación interna.
Además, la cuota de Estados Unidos en las importaciones mundiales se sitúa actualmente en el 13%, y su proporción de las exportaciones es del 9%, lo suficiente para que las políticas estadounidenses tengan efectos sustanciales en otros países, pero no como para marcar unilateralmente el rumbo del comercio mundial.
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“Aunque las amenazas al sistema de comercio mundial deben tomarse en serio, el comercio mundial ha demostrado una gran resiliencia debido a los grandes beneficios que aporta a las economías y a las sociedades”, subrayó Steven A. Altman, investigador académico y director de la Iniciativa de DHL sobre Globalización.
Por su parte, Oliver Blackbourn, del equipo de Janus Henderson Investors, comentó que los aumentos arancelarios permanentes o a más largo plazo podrían ser más perjudiciales en términos de crecimiento e inflación que aquellos que se utilizan como moneda de cambio a corto plazo.
Es probable que cualquier arancel promulgado aumente la inflación, aunque eso depende de a qué bienes se apunta y cuáles se excluyen.
La decisión, por ejemplo, de apuntar a las importaciones canadienses de energía con una tasa más baja del 10% probablemente se tomó teniendo en cuenta el impacto inflacionario. Cualquier aceleración de la inflación como resultado de cambios en la política comercial también podría dar lugar a que la Reserva Federal (FED) permanezca en pausa por más tiempo o considere potencialmente aumentar las tasas si los aranceles condujeran a precios al consumidor más altos. Una tasa de inflación que comience con un 3 probablemente daría un dolor de cabeza a las autoridades.
También habría posibles impactos en la producción industrial estadounidense debido a cualquier respuesta específica, y una mayor inflación podría restringir los ingresos reales de los consumidores, aunque nuevamente la magnitud aún está por verse.