La ola de grandes artistas que han ofrecido conciertos este año en Colombia ha dejado una ganancia económica nada despreciable para las ciudades anfitrionas. Pero, al mismo tiempo, han dejado algunos reparos por parte de los asistentes.
Recientemente, la presentación de la canadiense Dua Lipa fue tendencia en redes sociales ante el inconformismo que hubo con la logística y la locación (el parqueadero de Salitre Mágico).
Bajo este escenario, la gente comienza a cuestionarse el precio de la boletería para estos espectáculos y a comparar las tarifas frente a otros países de la región. Para ello, toman como base al puertorriqueño Bad Bunny, exponente que, con cifras duras, se consolida como el más vendedor del género urbano en la actualidad.
Según Pollstar 2022 Midyear report, con corte a julio, los conciertos del intérprete de Tití me preguntó habían recaudado US$120 millones y su taquilla aventajaba por mucho a bandas de otros géneros como Coldplay, que el pasado fin de semana se presentó en Bogotá.
El Índice Bad Bunny
Para ilustrar las diferencias de precios, este diario revisó las tarifas de los conciertos que ofrecerá Bad Bunny en otros países de la región y encontró que la presentación en Medellín tiene boletas más asequibles frente a otras ciudades anfitrionas, pero sus palcos exceden a las áreas exclusivas de los vecinos en América Latina.
A la Tasa Representativa del Mercado (TRM) vigente hoy en Colombia ($4.415), las entradas más económicas para ver al cantante boricua en el Atanasio Girardot (el próximo18 de noviembre) quedan en US$17,2 ($76.000). Mientras que el sector más exclusivo sube a US$5.602 ($24.730.000) para 10 personas.
Según el portal Viagogo.com, las tarifas para las fechas en Ciudad de México, las entradas más económicas van desde US$25,22 y las más exclusivas llegan hasta los US$422. Al repetir este ejercicio, en Argentina la tarifa es así: la más económica US$31,11 y la más cara US$82,95, Perú (US$45,10 - US$175).
Qué incide en la tarifa
Edgar Berrío es un empresario del sector de los espectáculos y organizador de conciertos en Medellín, quien explicó que hay muchos factores que pueden hacer la diferencia entre Colombia y los demás países de la región. Entre ellos, la carga de impuestos a la boletería, toda vez que cada entrada que pase las tres Unidades de Valor Tributario (UVT), o sea de $114.012, debe desembolsarle 10% a la Nación.
Así mismo, explicó que para montar a un artista internacional a una tarima, hay que pagarle una visa de trabajo a Migración Colombia. Esos documentos, de acuerdo con el empresario, hoy día oscilan entre los $800.000 y $1.000.000. “Si el cantante viene con un equipo de 50 personas, solo en visas de trabajo ya el empresario debe pagar $50 millones, sin contar el transporte, la alimentación y el alojamiento”, subrayó.
Más allá de las tarifas, el cuestionamiento a los precios se ha levantado por los inconvenientes logísticos. Sin embargo, Berrío señaló que, en ocasiones, ahí entra a jugar la experiencia de los organizadores para definir el número de asistentes logísticos, seleccionar a los ingenieros de luces y de sonido.