La película terminó y, finalmente, al Gobierno de EE. UU. le permitirán emitir nueva deuda para responder por las obligaciones que tiene a su cargo, tales como los salarios públicos, la inversión social y el pago de la deuda soberana.
Cabe recordar que Moody’s, una de las agencias calificadoras de riesgo más prestigiosas del mundo, había alertado que, de no aprobarse esa ampliación en el margen de endeudamiento, la economía estadounidense entraría en una recesión, arrastrando con ella a una parte del comercio exterior global y a los mercados bursátiles.
Por ello, era preponderante llegar a un acuerdo y evitar la hecatombe de un impago en todas las obligaciones ya mencionadas, especialmente en el saldo que se le debe a los tenedores de bonos, papeles que en la práctica representan un pagaré pendiente por parte del Gobierno.
Muy agridulce
Entre el miércoles y jueves de esta semana, el Congreso le dio un trámite casi maratónico a la Ley de Responsabilidad Fiscal, como le llamaron al texto que conciliaron los demócratas (partido de Gobierno) y los republicanos.
Con 63 votos a favor y 37 en contra, el Senado siguió los pasos de la Cámara de Representantes y aprobó la iniciativa. Pero lo cierto, es que hubo parlamentarios de ambos bandos que no quedaron a gusto con los acuerdos alcanzados entre el presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara Kevin MacCarthy.
Los republicanos estaban exigiendo un recorte del gasto para poder darle el visto bueno a la ampliación del techo de la deuda, tope al que se llegó en enero (31,4) y se necesitaba la venia legal para rebasarlo.
Biden y MacCarthy tuvieron varias reuniones intentando aproximarse a un punto en el que ambos quedaran satisfechos. Y al parecer, los dos se autopercibieron como ganadores. Sin embargo, para los republicanos que rechazaron el texto, el recorte al que accedió el gobierno fue irrisorio, mientras que los demócratas que votaron negativo lo consideraron muy drástico.
“Nadie obtiene todo lo que quiere en una negociación, pero no se equivoquen: este acuerdo bipartidista es una gran victoria para nuestra economía y el pueblo estadounidense”, declaró Biden después de la votación.
Así las cosas, el Tesoro tendrá vía libre para emitir nueva deuda hasta el 1 de enero de 2025 y captar los recursos que necesita para financiar los pagos pendientes.
José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, ya había explicado que el escenario base no contemplaba que Gobierno y oposición no alcanzaran un acuerdo, puesto que el techo de la deuda se ha ampliado más de 100 veces desde la Segunda Guerra Mundial y ha sido recurrente este tipo de debates.
Buen cierre en Wall Street
Una vez apaciguados los temores por los efectos de un eventual impago, los principales indicadores en Nueva York cerraron al alza. El Dow Jones subió 2,1%, el S&P 500 avanzó 1,0% y el Nasdaq (1,4%) alcanzó su nivel intradía más alto en más de 13 meses.
Los mercados proyectan un alivio, toda vez que Yanet Yelen, secretaria del Tesoro, les había anticipado que, de no estirar la banda de la deuda, derivaría en la “pérdida de millones de puestos de trabajo y billones en riqueza familiar”.