Colprensa - A partir del primero de enero de 2011 las escogidas asumirán sus funciones recorriendo Colombia para estar en las fiestas más tradicionales. Fueron seleccionadas cuatro mujeres, nacidas en Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla.
Colprensa - Una antioqueña, una caleña, una bogotana y una barranquillera, al final fueron las elegidas. Mujeres con un carisma y una personalidad arrolladores, que tienen hermosos rostros y que lucen como única prenda un bikini diminuto. Aunque no están escritas, esas son algunas de las reglas infaltables para ser una Chica Águila, pues ellas son la imagen del producto durante un año, siendo protagonistas de un divertido y tradicional calendario.
Colprensa - A través de su página de internet se registraron durante cuatro semanas más de 298 mil votos por alguna de las ocho finalistas, tras una selección entre más de 500 aspirantes de todo el país. Las elegidas sólo serían cuatro.
Colprensa - De Barranquilla llega Gloria Moreno, una hermosa comunicadora social con 1,75 metros de estatura, medidas casi perfectas (91-61-91) y sonrisa encantadora. Con 22 años es fanática del Junior de Barranquilla y de la comida costeña. No ha faltado nunca al Carnaval de Barranquilla, así que le impondrá mucho sabor Caribe a las Chicas Águila.
Colprensa - La belleza antioqueña no podría quedar por fuera de este selecto grupo de beldades. Esta vez el turno fue para Daniela Ochoa, presentadora en su ciudad, Medellín. Con sólo 21 años, mide 1,75 metros de estatura y es fiel hincha del verde Nacional. Practica paintball y la Feria de las Flores la lleva en la sangre, por lo que espera llegar a ella, en el 2011, siendo toda una Chica Águila.
Colprensa - Si las caleñas son como las flores, también tienen todas las cualidades y la belleza para ser una Chica Águila. Como lo logró Daniela Ocoró, también comunicadora social, de 1,71 metros de estatura, por lo que es la más bajita del concurso. Admite que es una diabla, pues desde niña sigue día a día al América de Cali. El surf es su actividad deportiva favorita y, claro, al grupo llega para imponer el paso, en especial cada vez que suene una buena salsa.