Tras ser acogido por el Zoológico de Cali hace más de 25 años, este miércoles falleció el oso Stap, uno de los animales más carismáticos y antiguos del lugar.
De acuerdo con el comunicado emitido por la entidad, el oso pardo de aproximadamente 30 años murió en su zona de refugio donde permanecía bajo el cuidado estricto del personal médico y su cuidador Miguel Calderón.
Asimismo, el Zoológico de Cali manifiestó que debido a su avanzada edad, en los últimos años Stap tenía complicaciones en sus articulaciones, lo que le dificultaba desplazarse con la misma habilidad de otros tiempos. Además su riñón e hígado no funcionaban de la misma manera.
Stap fue entregado voluntariamente por un circo ruso que estaba de paso por la ciudad. En ese momento, era un cachorro de 5 años que vivía en una jaula en la que no podía moverse, pues era exactamente del mismo tamaño de su cuerpo.
En ese lugar permanecía todo el tiempo y era ahí donde comía, dormía y hacía sus necesidades fisiológicas. Su caso fue conocido por la directora y el veterinario del Zoológico de Cali, quienes lograron rescatarlo.
Hasta ese momento, el contacto de Stap con la naturaleza había sido casi nulo y de acuerdo con lo manifestado por el zoológico, a su llegada al lugar Stap se quedaba horas observando los árboles y la vegetación a su alrededor que para él habían sido desconocidas hasta ese momento.
“Hoy le decimos adiós a un miembro muy importante de nuestra familia, un animal que nos dejó marcas imborrables en el corazón, que nos dio más razones para seguir trabajando por la conservación de la vida con la pasión que nos caracteriza, al que recordaremos siempre y al que amaremos por el resto de nuestras vidas... Adiós amigo”.
Susan Posada, coordinadora de comunicaciones del Zoológico, contó que, como ya se ha hecho en otros casos, el cuerpo de este animal fue entregado al laboratorio de biología de la Universidad del Valle, para contribuir a procesos de investigación.
Relató además que, el día de la muerte, el Equipo de Bienestar Animal se reunió para recordar anécdotas con Stap y lo despidieron en medio de la nostalgia.
“Las últimas semanas Stap estuvo fuera del hábitat y permaneció en su zona de refugio bajo el cuidado estricto del personal médico. Miguel Calderón, su cuidador, se encargaba todos los días de acomodar su cama de heno de tal manera que sus doloridas articulaciones sintieran un acolchado y suave sustrato, le daba los medicamentos escondidos en sus alimentos favoritos, y se sentaba junto a él durante horas mientras le hablaba y compartía con él lo que serían sus últimos días”, informó la institución a través de un comunicado, en el que contó que sus últimos momentos fueron tranquilos.