El mono Capuchino estaba recién nacido. La perra era del sector Olaya Herrera, en Cartagena. Dos animales muy distintos, que se hicieron amigos: un día residentes del sector pusieron al mono al lado de ella y esta empezó a amamantarlo, como si fuera su cría.
De ese primer momento ya pasaron varios meses, y el mono no se despegaba de la perra, tanto que se transportaba en su lomo. Nadie se podía acercar.
El viernes, sin embargo, la Policía Ambiental y Ecológica dispuso un protocolo para reubicar al primate en su hábitat, con la coordinación de la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique.
Porque aunque suena muy tierno, no es lugar para un mono Capuchino, al que también se le conoce como Cariblanca. Sacarlos de su lugar no es bueno para ellos ni para el medio ambiente. El proceso de reubicación toma tiempo y todo un proceso de adaptación.
La Policía Ecológica y de Protección del Medio Ambiente de la Metropolitana de Cartagena indicaron que continuarán desarrollando planes y acciones para prevenir la sobreexplotación de especies protegidas tanto de flora como de fauna en la ciudad.
