Parece imposible que con las transformaciones que ha tenido el río Medellín y sus quebradas —como la canalización del río y la contaminación de sus aguas— todavía habiten especies de peces descritas hace más de 100 años por el médico Andrés Posada, quien dedicó parte de su vida a la botánica y la exploración de la biodiversidad en el territorio colombiano.
Esa es la noticia que se celebra hoy en el área metropolitana: en los últimos resultados del convenio BIO, entregados por Empresas Públicas de Medellín (EPM) en alianza con la Universidad de Antioquia, se concluyó que el pez capitán de Medellín (Astroblepus dux) y las anguilas (Trichomycterus caliensis) todavía custodian las quebradas que nutren al río como la de Santa Elena.
Fue en 1909, en la obra Estudios Científicos, del médico Posada, que se describió la especie Astroblepus dux: un pez endémico del Valle de Aburrá que, desde ese tiempo, no había sido redescubierto en las aguas de las quebradas del río Aburrá, río Porce y río Nare en Antioquia y, en el marco de este trabajo, se logró identificar su presencia. Se espera confirmar también si habitan en el río Guatapé.
El dux hace parte del grupo de los bagres, caracterizándose por ser un pequeño bagre escalador que usa su boca, en forma de ventosa, para trepar a rocas y árboles en partes bajas de los ríos; esto pudo haber garantizado su supervivencia durante tantos años, ya que se encuentran principalmente en las zonas más altas de las quebradas.
Sin embargo, la hipótesis más fuerte es que a medida que se levantaron las cordilleras —hace 10 millones de años— estos peces quedaron aislados en ciertas zonas y allí se lograron establecer.
El dux no es un pez grande, mide entre 15 a 30 centímetros y, por la disposición de sus ojos, pareciera que tiene la mirada hacia arriba, de ahí su nombre Astroblepus que significa que mira hacia los astros.
Aunque el dux es originario de Antioquia, en Colombia y Suramérica existen otros peces del género Astroblepus que habitan exclusivamente los ríos de las altas montañas de la Cordillera de los Andes, según la bióloga Luz Fernanda Jiménez, vicerrectora de Investigación de la UdeA.
Para conocer más sobre su distribución, la Asociación Colombiana de Ictiólogos ha registrado en el mundo 82 especies de Astroblepus, 40 de ellas se encuentran en Colombia, 38 son endémicas del país y 1 (el dux) es exclusiva de Antioquia.
El trabajo de campo
En la actualidad a esta especie antioqueña la investiga un estudiante de la Maestría en Biología de la UdeA, Juan Guillermo Ospina, quien lleva más de 20 años estudiando a los peces de ríos y que llegó a la conclusión —luego de un extenso trabajo de campo— de que el Astroblepus que se encontraron en las quebradas del río Medellín, era el mismo que describió posada hace 100 años y que solo se encuentra aquí a diferencia del Astroblepus grixalvii o “pez negro”, por ejemplo, descrito por el biólogo Alexander von Humboldt en 1805 y que se distribuye en Popayán.
¿Cómo Juan Guillermo redescubrió al dux antioqueño? Él mismo detalla que visitó museos de diferentes ciudades donde estudió alrededor de 700 individuos y también recolectó muestras genéticas de individuos vivos que se encontraban en territorios como Popayán; también investigó secuencias de ADN de la mitocondria y genes del núcleo, técnicas que se usan para la delimitación de especies.
“Los Astroblepus tienen una aleta adiposa alta que no la tienen otros peces y ahí nos centramos para observar algunas diferencias entre cada una de las especies. El de Humboldt tiene una espina en la aleta adiposa y tienen una coloración más oscura en el vientre. El dux tiene un patrón de coloración en la aleta caudal (la última). También hicimos unas medidas morfométricas y nos dimos cuenta de que aunque son diferencias sutiles, las hay y en la información genética sí es más evidente que son especies diferentes. Así supimos que el pez descrito por Posada es el mismo que todavía habita estas quebradas”, aseguró Ospina.
¿Qué sintieron al descubrir que estaban ante una especie descrita hace 100 años?, le pregunto a Juan Guillermo.
“Sabíamos que había un pez nombrado por Posada, pero luego de ver los análisis nos sorprendimos mucho de que fuese el mismo, que el pez que teníamos delante de nosotros era esta especie descrita por el primer ictiólogo —quien estudia a los peces— de Colombia, que generó el primer listado de peces del país y que nació aquí en Antioquia. También sentí decepción, hasta conmigo mismo, porque son muchos años sin haber tenido en cuenta el conocimiento local, que construyó el médico Posada a pesar de haber sido una labor tan difícil para su época, además que no provenía de una familia pudiente, era un criollo hijo de artesano y de una ama de casa; él aprendió a escribir y catalogar especies cuando viajó a París, desde ahí descubrió peces como el Astroblepus dux y saber que esta especie continúa en nuestras quebradas es increíble, una muestra de resiliencia de la especie”, dijo.
Preservar la especie dux
Estos peces habitan fuentes hídricas cercanas a las centrales de energía de EPM como Porce II y Porce III y zonas de embalses donde hay un interés en generar energía; con el descubrimiento de estas especies y su estudio, será más sencillo realizar estrategias de preservación de la especie y su hábitat debido a las transformaciones que pueden tener estos ecosistemas.
“Sabíamos que había unas especies no identificadas en las quebradas, especies críticas, que son difíciles de identificar, porque se parecen entre sí. Eso ha generado desafíos para establecer estrategias de manejo, pues para cuidar una especie primero debemos conocerla, saber qué es y cómo se comporta lo que queremos cuidar”, explicó el biólogo Andrés Felipe Galeano, profesional ambiental y social generación de energía de EPM.
Es por eso que el desafío para el equipo es continuar en esta línea de investigación para que deje de ser una especie sin información, ya que ni siquiera se saben sus riesgos o si están en peligro de extinción a causa de la contaminación y las malas prácticas de las comunidades que viven cerca a los ríos —cuencas bajas— como arrojar basuras a las quebradas.
“Ya estamos analizando la dieta de estos peces, porque no sabemos con certeza qué comen ni cuáles son los recursos que usan del ambiente acuático para sobrevivir. Queremos saber más sobre las condiciones de su hábitat, cuántos huevos ponen y cada cuánto tiempo, cifras sobre su población actual, cuánto pesan estos peces y cuáles son las condiciones del agua que favorecen su presencia”, agregó Luz Fernanda Jiménez.
Los expertos mencionan la importancia de estos peces y recuerdan al Frailejón Ernesto Pérez, el famoso personaje que custodia los páramos de Colombia y el mundo; esto mismo es lo que quieren hacer con El capitán de Medellín.
“La presencia de estos peces nos dice que no todo está perdido, que todavía podemos salvar nuestras quebradas y que su calidad no es tan mala como podría ser, es por eso que queremos que esta especie sea un icono de la protección de las quebradas del Valle de Aburrá, para cuidar las zonas más contaminadas, lo que puede beneficiar a las comunidades que consumen de esta agua y de paso a los peces que viven allí”, dijo Galeano.
El capitán de Medellín y otras especies que habitan las quebradas como la anguila —también reportada en estas quebradas— son resilientes a pesar de las transformaciones.
Como una anécdota, el biólogo Andrés Felipe Galeano recuerda una historia: hace 100 años se podían observar sabaletas de tamaños grandes surcando las aguas del río Medellín. Con esa descripción, me imagino las aguas cristalinas y las figuras de los peces siendo atravesadas por la luz del sol. Pienso que con este descubrimiento aún hay esperanza. Los biólogos coinciden.
Sobre Trichomycterus caliensis
La anguila, que recibe este nombre científico, es otra de las especies que habita las quebradas del río Medellín y no es endémica de Antioquia. Durante los últimos días algunos medios difundieron la falsa noticia de que el equipo de científicos encontró la anguila Trychomicterus medellinensis, una especie descrita por Posada hace 100 años, pero los biólogos aseguran que eso es falso, lo que sí encontraron fue la presencia de Trychomicterus caliensis una especie que habita ríos en Cali y otras regiones del país. La hipótesis del biólogo encargado del estudio es que esta especie es realmente la misma que Posada describió en aquella época, pero todavía no se ha comprobado. Si fuese la misma especie, la supuesta anguila endémica de Medellín, dejaría de existir en los registros y pasaría a ser solo la Trychomicterus caliensis.