En medio de los mensajes que el presidente Gustavo Petro escribió este fin de semana sobre Medellín afirmó que la alcaldía no quiso postular un lote a la convocatoria que hizo el Departamento de Prosperidad Social (DPS) para habilitar uno de los Puntos de Abastecimiento Solidario (PAS), estrategia con la que se busca combatir el hambre de los ciudadanos en mayor pobreza. La administración distrital, por su lado, aclaró que la propuesta les llegó casi que a la carrera y que no les dieron tiempo suficiente para maniobrar según los requisitos establecidos.
De acuerdo con datos del DPS se podrían tener inicialmente hasta 150 PAS en todo el país, con una inversión de alrededor de $495.000 millones. La idea, calificada como una muy buena iniciativa social, es que en los lotes aportados por las alcaldías se construyan espacios modulares, dotados con zonas de bodegaje, cocina y comedor comunitario, locales comerciales y un área de distribución de bienestarina a cargo del Icbf. Todo con un doble propósito: que los productores y campesinos puedan ofrecer directamente sus productos a la comunidad y que las personas más vulnerables tengan acceso a alimentación.
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El primer mensaje al respecto lo escribió el presidente en su cuenta de X el domingo pasado en la mañana diciendo que Bogotá y Medellín no inscribieron lotes, pese a ser convocados. Posteriormente, hacia el mediodía del lunes festivo volvió a referirse al tema: “Para poner un PAS contra el hambre se necesitan lotes de al menos 1.000 m2, lo que tiene una casa de condominio en el norte de Bogotá. Las alcaldías de Bogotá y Medellín, al parecer, no encontraron estos lotes en las zonas pobres de las ciudades para que allí pusiéramos los puestos de comida y restaurantes contra el hambre”.
¿Pero qué fue lo que pasó?
La administración del alcalde Federico Gutiérrez aseguró que la primera vez que los convocaron a un encuentro para explicar la propuesta fue por medio de correo electrónico el pasado 1 de agosto y que la primera reunión técnica la tuvieron el 9 de agosto en Medellín, luego de que el equipo del DPS la aplazara en dos ocasiones.
“Allí se dejó explícito que, para participar de la convocatoria, el Distrito debía aportar un lote entre 1.000 y 1.120 metros cuadrados con características como: estar saneado, tener disponibilidad de servicios públicos, tener una pendiente de mínimo del 5% y estar ubicado en la zona urbana”, indicaron desde la alcaldía de Medellín.
El hecho es que el 16 de agosto pasado debían postular el lote, lo que para la alcaldía significaba un tiempo muy corto para cumplir con los requisitos. “Tener la disponibilidad de un lote con las características de la convocatoria, en una ciudad como Medellín y con los requisitos del proyecto, no es una tarea que se pueda lograr en ocho días”, indicaron.
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En dicha reunión, en la que estuvieron representantes de otros municipios de Antioquia, la Secretaría de Infraestructura de Medellín solicitó ampliar el plazo de la convocatoria para buscar un lugar estratégico por su ubicación y acceso, para beneficiar a la mayor cantidad de personas. “Se destaca que desde la subdirección del DPS quedaron de anunciar la ampliación de plazo, ante el poco tiempo que tenían los municipios para revisar y emitir la solicitud”, puntualizaron en su aclaración.
Este medio buscó voceros de Prosperidad Social para ampliar la versión del gobierno nacional sobre lo sucedido y saber si aún hay chance de que Medellín tenga un PAS, pero al cierre de esta nota no fue posible obtener una respuesta. El pasado fin de semana, por su parte, el director del DPS, Gustavo Bolívar, aseguró que para la iniciativa convocaron a los 170 municipios PDET (los más afectados por la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional) y a las 32 capitales de departamento del país. El funcionario reveló que 20 capitales y 122 municipios PDET inscribieron lotes y que, pese a que llamó “personalmente a la alcaldía de Medellín”, el Distrito no se postuló.
“Privan a la gente más pobre de bienestar por disputas ideológicas. Señores, las necesidades de la gente no tienen color político”, dijo Bolívar. Ante esta postura, desde la administración de Gutiérrez señalaron que están dispuestos a participar en el proyecto, pero con los tiempos requeridos para un tema de esta envergadura: “Rechazamos cualquier señalamiento de falta de colaboración o interés porque, como lo demuestran la trazabilidad de citaciones y reuniones con la regional de Antioquia del DPS, hemos estado en constante comunicación para analizar cómo ejecutar el proyecto para la ciudad. Hacemos un llamado para que no se hagan señalamientos con falsas afirmaciones”.
Según un documento publicado también por el director del DPS, en el caso de Antioquia se postularon 16 municipios PDET: Amalfi, Apartadó, Briceño, Carepa, Chigorodó, Dabeiba, El Bagre, Ituango, Murindó, Nechí, Necoclí, Remedios, San Pedro de Urabá, Segovia, Turbo y Yondó.
Lo cierto es que la Alcaldía de Medellín reconoce que uno de sus grandes retos es la lucha contra el hambre, uno de los aspectos que más retrocedieron en la ciudad durante la pasada administración de Daniel Quintero. “En términos absolutos, en 2023 aproximadamente 357.000 personas se encontraban en inseguridad alimentaria moderada o severa en Medellín, esta cifra equivale al 14% de la población del Distrito (PMA, 2024) y a toda la población de San Javier, La América y Laureles juntos”, concluyó el informe de calidad de vida 2020-2023 de Medellín Cómo Vamos. Y según los datos de encuestas hechas por este programa en ese periodo hubo los aumentos de hambre más altos desde 2006, lo que en parte, pero no toda, tiene que ver con los efectos de la pandemia.
Una de las estrategias con las que Gutiérrez afronta el gran desafío de cumplirle a la ciudadanía con la reducción de la seguridad alimentaria (hoy por lo menos 221.000 hogares que lo necesitan), la lanzaron hace algunos días y se llama Alianza Medellín Cero Hambre, en la que participan la empresa privada, los bancos de alimentos y organizaciones de la sociedad civil con varias estrategias enfocadas en evitar el desperdicio de alimentos y llevarlos a los hogares que lo requieren, promover la donación para ayudar a que las personas más vulnerables accedan a mercados y fortalecer una red de distribución con apoyo de la tecnología.
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