En Manrique, hace algunas semanas, a los residentes del barrio San Pablo se les agotó la paciencia y regaron la basura sobre el carro de un vecino mal parqueado que impedía siempre el paso del camión recolector. Pasó lo mismo días después en Robledo, la misma comuna donde en 2023 se volvió costumbre registrar tropeles causados por el mal parqueo de vehículos al aire libre. Esta semana dos conductores de bus en Robledo la Campiña se fueron a los golpes al quedar atorados en una vía atiborrada que hacía físicamente imposible que alguno de los dos buses pasara. Y en Rodeo Alto y Belén Rincón sus residentes toman a diario videos que registran cómo intentar caminar o conducir por esas calles repletas es casi un acto suicida.
Podrían ser meras anécdotas, el video viral del momento, pero en realidad son casos que se repiten todos los días, a cualquier hora y en prácticamente todos los barrios de la ciudad. El mal parqueo en Medellín es un problema tan enquistado que las administraciones han optado, una detrás de otra, por pasar de agache ante la poca capacidad para ejecutar soluciones de fondo.
Hace cinco años Camacol Antioquia realizó un estudio que arrojó que el 40% de la infraestructura vial en Medellín estaba ocupada por vehículos mal estacionados. En esos cinco años a la ciudad llegaron 100.000 vehículos por año y se densificaron nuevas zonas, sobre todo en los barrios altos. Pero Medellín nunca volvió a actualizar su diagnóstico de este problema, aunque es lógico concluir que ahora más del 50% o 60% de su infraestructura está colapsada por los carros y motos que se apiñan por doquier.
El congresista Daniel Carvalho, quien en su época como concejal fue una de las voces que más se interesó en que la ciudad debatiera el problema del mal parqueo y empezara a trazar soluciones, hizo un símil con lo que le pasa a las arterias con la acumulación de colesterol, que poco a poco va taponando las paredes hasta que el cuerpo colapsa, el corazón se infarta. Pasa igual en Medellín.
El parque automotor en la ciudad superó los 900.000 vehículos y tiene un déficit de 18.000 celdas de parqueo que en seis años serán 44.600, según el estudio del Grupo de Investigación de Vías y Transporte de la Universidad Nacional. Ese déficit de sitios de estacionamiento lo ha tenido que cubrir cada habitante en Medellín, tenga o no tenga carro. Es así porque ese barullo de carros y motos apilados en aceras, calles y hasta parques han usurpado el derecho de los ciudadanos al espacio público, justo en una ciudad que tiene un alto déficit de espacio público. Se puede ilustrar con cifras. Según los cálculos del grupo de Investigación de la Nacional, en promedio un carro ocupa casi 14 metros cuadrados. Quiere decir que antes de finalizar esta década Medellín necesitaría más de 600.000 metros cuadrados para construir las celdas de parqueo suficientes para regularizar el parqueo. Tanto la primera etapa de Parques del Río como la segunda que se construirá en el norte de la ciudad fueron pensadas para devolverle a la capital antioqueña 371.000 metros cuadrados de espacio público. Harían falta, entonces, dos Parques del Río para parquear carros.
Ana María Alzate, residente den barrio Rodeo Alto, sostiene que el problema del mal parqueo deja plenamente expuesta la incapacidad del Distrito de ejercer control real en los barrios. Señala que en esta zona han elevado procesos en todas las instancias posibles para que las autoridades les ayuden a erradicar el problema estacionamiento irregular de buses y carros que convierte el ingreso o salida de sus casas, todos los días, en un una odisea. Sin embargo, alega que no ha sido posible recibir alguna respuesta.
En los últimos años las administraciones han respondido con medidas reactivas como operativos en zonas críticas como Laureles, el Centro y El Poblado y en vías arteria. También implementó los cepos, una medida que lleva más de siete años sin arrojar resultado sobre un impacto real frente a la problemática. De hecho, en 2023 se conocieron denuncias sobre uso irregular de cepos por parte de operarios, lo cual obligó a la Alcaldía a reconocer dichas anomalías.
La ampliación y construcción de nuevas vías para descongestionar el mal parque es una estrategia descartada a juicio de los expertos, pues el estudio de Camacol señala que en al menos 20 zonas de la ciudad las ampliaciones de vías –muchas de ellas con hechas con valorización– terminaron estropeadas por el parqueo irregular a lado y lado.
En contraste, expertos le apuestan a algunas soluciones de fondo propuestas en el Plan de estacionamientos y parqueaderos de zonas críticas de Medellín, adelantado por la Nacional, que incluye construir parqueaderos en altura sobre suelo público. Camacol también ha hecho a las administraciones una serie de propuestas para construir edificios comerciales en zonas neurálgicas y destinar cierta cantidad de pisos para estacionamiento en el marco de algunas figuras de asociación público-privadas. Pero hasta ahora todo esto sigue en el papel.
Le consultamos a la Alcaldía de Medellín, a través de su secretaría de Movilidad, qué soluciones de fondo contemplará el Plan de Desarrollo para afrontar esta problemática. Sin embargo, no arrojaron luces al respecto.
