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Podcast #ElArranque: El puente de la 4 Sur está “caído” y la Alcaldía no lo arregla

Los habitantes del sector denuncian que los habitantes de calle están desvencijando el puente que apenas tiene 10 años de inaugura. La Alcaldía no le ha metido plata a los daños.

  • Uno de los grandes problemas que tiene el puente de la 4 Sur es que los habitantes de la calle queman allí basuras y se roban los paneles antirruido. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
    Uno de los grandes problemas que tiene el puente de la 4 Sur es que los habitantes de la calle queman allí basuras y se roban los paneles antirruido. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
05 de agosto de 2023
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Todos los días paso por los bajos del puente de la 4 Sur. Dicen que es el puente intraurbano más grande de Colombia y eso me suena a otro chovinismo paisa, como cuando decíamos hace décadas que la catedral metropolitana era la más grande y espectacular del mundo y terminamos dejándola como la catedral de ladrillo de barro cocido más grande del mundo. Es decir: nos inventamos nuestras propias categorías para decirnos que somos geniales.

Decía que ahora paso por el puente de la 4 Sur todos los días, pero hubo un tiempo, cuando trabajaba como corresponsal de la revista Semana, que pasaba siempre por encima del puente y notaba sus anchos carriles que desembocan en avenidas estrechas, y desde entonces empecé a ver que los bajos del puente eran colonizados por jóvenes skaters y patinadores que escuchaban reguetón, fue extraño para mí saber que ya el punk no reinaba entre los patinetos. Rápidamente aparecieron grafitis, Food trucks con sus hamburguesas y perros calientes y finalmente los jíbaros con los cigarrillos de marihuana. El puente se había convertido en una gran chimenea, la capital de la bareta.

Decía que ahora paso por el puente de la 4 Sur todos los días, pero hubo un tiempo, cuando trabajaba como corresponsal de la revista Semana, que pasaba siempre por encima del puente y notaba sus anchos carriles que desembocan en avenidas estrechas, y desde entonces empecé a ver que los bajos del puente eran colonizados por jóvenes skaters y patinadores que escuchaban reguetón, fue extraño para mí saber que ya el punk no reinaba entre los patinetos. Rápidamente aparecieron grafitis, Food trucks con sus hamburguesas y perros calientes y finalmente los jíbaros con los cigarrillos de marihuana. El puente se había convertido en una gran chimenea, la capital de la bareta.

Decía que ahora paso por el puente de la 4 Sur todos los días, pero hubo un tiempo, cuando trabajaba como corresponsal de la revista Semana, que pasaba siempre por encima del puente y notaba sus anchos carriles que desembocan en avenidas estrechas, y desde entonces empecé a ver que los bajos del puente eran colonizados por jóvenes skaters y patinadores que escuchaban reguetón, fue extraño para mí saber que ya el punk no reinaba entre los patinetos. Rápidamente aparecieron grafitis, Food trucks con sus hamburguesas y perros calientes y finalmente los jíbaros con los cigarrillos de marihuana. El puente se había convertido en una gran chimenea, la capital de la bareta.

Este 5 de agosto publicamos en el periódico que ese puente, que en 2012 fue presentado por el alcalde Aníbal Gaviria como una de las siete maravillas de Colombia, que costó 205 mil millones de pesos, está abandonado. El periodista Juan Felipe Zuleta escribe que parece una estructura de hace medio siglo.

También le recomendamos: Vandalismo y deterioro no dan respiro en el puente de la 4 Sur

El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

Este 5 de agosto publicamos en el periódico que ese puente, que en 2012 fue presentado por el alcalde Aníbal Gaviria como una de las siete maravillas de Colombia, que costó 205 mil millones de pesos, está abandonado. El periodista Juan Felipe Zuleta escribe que parece una estructura de hace medio siglo.

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El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

Este 5 de agosto publicamos en el periódico que ese puente, que en 2012 fue presentado por el alcalde Aníbal Gaviria como una de las siete maravillas de Colombia, que costó 205 mil millones de pesos, está abandonado. El periodista Juan Felipe Zuleta escribe que parece una estructura de hace medio siglo.

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El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

El puente más que servir a la movilidad de la ciudad es un gran espacio de esparcimiento urbano: los muchachos y las muchachas montan patineta, patines, bicicleta; en las noches hay un gran espectáculo de equipos de sonido y arriman chivas repletas de turistas. Tanto uso lo ha desgastado y nadie quiere repararlo. Se han robado pasamanos, los tubos están desvencijados y las barreras antirruido parecen comidas por el óxido, son los despojos de una lucha entre robots, eso parece. La verdad, es que los habitantes de la calle queman allí basura y se roban lo que pueden para venderlo por chatarra.

Los habitantes y comerciantes tanto de Cristo Rey, del lado de Guayabal, y de El Poblado dicen que este año la Alcaldía no ha hecho ni una sola intervención de mantenimiento y que la última vez fue hace más de un año cuando reemplazaron algunas barandas y pasamanos hurtadas.

Dicen que pasó lo que la comunidad le había advertido a la Alcaldía cuando esta insistió en invertir 1.800 para “adornar” el puente con mejoras superficiales como la pintura de las barras cuando la situación de seguridad e infraestructura en el puente y sus alrededores eran tan grave y evidente: que tal inversión no iba a ser más que un embeleco para cubrir el desmantelamiento y deterioro progresivo de esta megaobra. Mejor dicho: un sepulcro blanqueado, una manera de ocultar la mediocridad del arreglo.

Una curiosidad, porque como dice mi madre, el Diablo está en los detalles: mientras cerca de 2.000 familias que viven cerca al puente padecen la inseguridad y el mal estado del puente de la 4 Sur todos los días, la alcaldía ha seguido “vendiéndolo” como ícono turístico de la ciudad. Incluso allí, justamente hace un año, se realizó una pomposa pasarela de Colombiamoda. Claro que la hicieron de noche, seguramente para evitar que los asistentes vieran realmente cómo luce el destartalado puente.

Dicen que pasó lo que la comunidad le había advertido a la Alcaldía cuando esta insistió en invertir 1.800 para “adornar” el puente con mejoras superficiales como la pintura de las barras cuando la situación de seguridad e infraestructura en el puente y sus alrededores eran tan grave y evidente: que tal inversión no iba a ser más que un embeleco para cubrir el desmantelamiento y deterioro progresivo de esta megaobra. Mejor dicho: un sepulcro blanqueado, una manera de ocultar la mediocridad del arreglo.

Una curiosidad, porque como dice mi madre, el Diablo está en los detalles: mientras cerca de 2.000 familias que viven cerca al puente padecen la inseguridad y el mal estado del puente de la 4 Sur todos los días, la alcaldía ha seguido “vendiéndolo” como ícono turístico de la ciudad. Incluso allí, justamente hace un año, se realizó una pomposa pasarela de Colombiamoda. Claro que la hicieron de noche, seguramente para evitar que los asistentes vieran realmente cómo luce el destartalado puente.

Dicen que pasó lo que la comunidad le había advertido a la Alcaldía cuando esta insistió en invertir 1.800 para “adornar” el puente con mejoras superficiales como la pintura de las barras cuando la situación de seguridad e infraestructura en el puente y sus alrededores eran tan grave y evidente: que tal inversión no iba a ser más que un embeleco para cubrir el desmantelamiento y deterioro progresivo de esta megaobra. Mejor dicho: un sepulcro blanqueado, una manera de ocultar la mediocridad del arreglo.

Una curiosidad, porque como dice mi madre, el Diablo está en los detalles: mientras cerca de 2.000 familias que viven cerca al puente padecen la inseguridad y el mal estado del puente de la 4 Sur todos los días, la alcaldía ha seguido “vendiéndolo” como ícono turístico de la ciudad. Incluso allí, justamente hace un año, se realizó una pomposa pasarela de Colombiamoda. Claro que la hicieron de noche, seguramente para evitar que los asistentes vieran realmente cómo luce el destartalado puente.

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